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¡Exesposa al ataque! Ceo, tengo a tus gemelos. romance Capítulo 1

El pastel de cumpleaños estaba tirado sobre el suelo, y el rostro de Henry Bennett, estaba completamente rojo por la ira. Sus puños estaban apretados, tan enrojecidos como su cara, mientras miraba con un gran desprecio a Katherine Holmes, que incrédula, y con lágrimas en los ojos, miraba a su esposo, el único hombre al que ella se había entregado y al único al que había amado, mientras el parecía contener la furia que estaba sintiendo.

— ¿Me quieres decir que significa esto? — cuestionó Henry arrojando sobre su esposa aquellas fotografías que le habían sido entregadas por Emily Gibson, su ex prometida, apenas unos momentos antes.

Katherine tomó una de aquellas imágenes, en donde pudo verse a ella misma completamente desnuda y entre los brazos de un hombre al que ella jamás antes había visto. Derramando las lágrimas que ya no pudo contener, la hermosa mujer de cabellos rubios y ojos verdes, apenas podía creer que alguien tuviese la maldad de crear imágenes tan terriblemente falsas y crueles.

— Henry…yo jamás… —

— ¡Silencio! — gritó Henry ya sin reprimir su furia. — ¡Te saqué de la vida miserable en la que vivías, por mi comiste y vestiste de manera decente por primera vez en tu vida! Y, aun así, ¿Te atreves a engañarme?, ¡Me has demostrado que no eres más que una mujerzuela como cualquier otra! — afirmó el, golpeando la mesa en donde los regalos de cumpleaños se encontraban, haciendo caer varios de estos al suelo.

Katherine sollozó, y tocándose su pequeño vientre, sintió como el alma y el corazón se le iban partiendo en miles de pedazos. Tomando la mano de su esposo, Katherine lo miró suplicante, rogando con la mirada que la escuchara.

— Henry, yo jamás te traicionaría, estas fotografías son falsas…yo jamás… —

El estruendoso sonido de una bofetada, resonó en aquel saloncito. Emily Gibson había abofeteado a Katherine, obligándola a apartarse de Henry, y callándola del golpe, haciéndola también caer sobre el suelo ante la mirada indiferente de Henry.

— ¿Como te atreves a decir que yo inventé esto?, ¡No eres más que una cualquiera que nunca debió de casarse con Henry, las mujeres de tu clase no buscan nada más que el dinero de hombres como el…es momento de que conozcas tu lugar y te largues de esta casa! — gritó Emily dibujando una sonrisa maliciosa en su rostro. — Si lo que quieres es dinero, ¡Entonces tómalo! — ella volvió a gritar sacando un fajo de billetes de su costoso bolso, para luego arrojarlos todos sobre Katherine.

Los invitados de aquella fiesta de cumpleaños, murmuraban entre si dejando escuchar sus risas burlonas, mientras señalaban a la rubia que nunca habían terminado de aceptar por ser “de clase baja”.

Pronto, una mujer regordeta y de cabello oscuro, se posó frente a Katherine, dándole a la infortunada rubia una mirada cargada de odio y de desprecio. Aquella era Antonella Bennett, la madre de Henry, y quien siempre había despreciado a Katherine por ser la hija de una familia ordinaria.

— Quiero que te quites esa ropa, mi hijo gastó mucho dinero en ella y alguien como tú no merece llevarla puesta, vas a devolver cada cosa que Henry te ha comprado, y saldrás de mi casa tal cual, y como llegaste, sin nada. — dijo Antonella, mirando con desprecio a su nuera, mientras daba un par de aplausos para llamar a dos de sus sirvientas, quienes rápidamente tomaron a Katherine para someterla y comenzar a arrancarle la ropa.

Emily Gibson sonrió triunfal; en su mente concluía que había valido la pena pagar varios cientos de miles de dólares, por aquellas ediciones perfectas que finalmente habían arruinado el matrimonio de su ex prometido, con aquella mujer a la que consideraba una miserable. Katherine Holmes se había casado con el hombre que le había sido prometido a ella desde muy joven, y jamás la había perdonado.

Las risas de los invitados resonaron en los oídos de Katherine logrando marearla, y mirando aquel hermoso pastel que Henry tiró hacia el suelo, supo que aquel era el peor día de su vida…y el cumpleaños más doloroso desde la muerte de su madre. Aquel día de enero, era su vigésimo quinto cumpleaños, y Katherine sentía como las lágrimas calientes se le derramaban sin césar desde sus ojos verdes, viendo cada momento hermoso entre ella y Henry destruirse por completo, mientras sus sueños y esperanzas se derrumbaban con crueldad.

Lo había conocido hacia cinco años atrás, cuando ella era aún una estudiante universitaria llena de sueños y esperanzas en un futuro prometedor, y él ya era un consolidado estudiante de último año que sería el heredero de su prestigiosa y adinerada familia. Ella no era pobre, sin embargo, no era una mujer considerada al mismo nivel que Henry, y desde el comienzo de su relación, habían sido cruelmente señalados por todos a su alrededor. Sin embargo, la gentileza y pasión de su esposo, la habían hecho caer irremediablemente enamorada y Katherine se negaba a creer que aquel dulce hombre del que ella se había enamorado, la estuviese tratando con tanto desprecio e indiferencia mientras permitía que otros se burlaran y la humillaran.

Henry miraba con dolor como las sirvientas desnudaban a su aun esposa, mientras ella sollozaba en silencio.

— Es suficiente. — dijo el magnate de cabellos castaños y ojos azules, ordenando a las sirvientas que se detuvieran. Amaba a Katherine, pero aquella traición que para él era tan cierta y evidente, lo había destrozado.

Tomando el tobillo de Henry, y con su cuerpo apenas cubierto con su ropa interior, Katherine le dio una última mirada de súplica a su esposo, mientras tocaba con cuidado su pequeño vientre.

—Henry…soy tu esposa, me conoces, yo jamás te engañaría, para mí, tú eres el mundo entero…no quiero tu dinero, no quiero nada más, tan solo a ti. Por favor…no permitas que me hagan esto. — dijo Katherine entre lágrimas.

Capítulo 1: En el día de su cumpleaños. 1

Capítulo 1: En el día de su cumpleaños. 2

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