Florecer en Cenizas romance Capítulo 140

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Fabiola miró a Sofía con los ojos abiertos de par en par, sin poder ocultar su asombro.

Sofía debía conocer a alguien muy cercano en la familia Lucero. No había otra explicación para que supiera tantos detalles.

Antes ya había demostrado estar enterada de todos los chismes de la familia Barrera y de la familia Lucero. Eso solo podía significar que Sofía en verdad era una de las empleadas más cercanas a los Lucero.

Si ella decía algo, seguro tenía fundamento.

—¿Por qué? —preguntó Fabiola, sin entender del todo la situación. El abuelo solo tenía un nieto, ¿por qué armar un escándalo de ese tamaño?

—Dicen que… el anciano insiste en que Agustín y tú se divorcien… para que él se case con Karla —suspiró Sofía, con resignación en la voz—. El compromiso entre la familia Barrera y la familia Lucero es algo que el anciano jamás va a dejar pasar.

Fabiola se quedó sorprendida. ¿Así que Agustín, por negarse a casarse con Karla, había provocado el enojo del abuelo?

—¿No fue hace años, cuando Agustín dejó la familia Lucero por Anahí, que rechazó también el compromiso con los Barrera? —preguntó Fabiola, sin entender por qué esta vez el abuelo estaba tan furioso.

—Es porque Karla apareció de nuevo. En ese entonces, como la familia Barrera no tuvo otra opción, intentaron que Agustín se casara con Paulina en vez de Karla —explicó Sofía, mirando a Fabiola con compasión—. Señora, conozco muy bien al abuelo. Él nunca va a soltar ese compromiso…

Desde la perspectiva de Sofía, era cuestión de tiempo para que Agustín terminara cediendo.

Fabiola asintió, comprendiendo la gravedad de la situación.

—Fabiola, te tengo mucho cariño —dijo Sofía, sentándose junto a ella y tomando su mano con calidez—. Pero yo trabajo para la familia Lucero.

Sofía la miró con pesar, sintiéndose entre la espada y la pared.

—El abuelo ya me llamó. Me pidió que te convenciera de irte por tu cuenta. Que si tienes alguna condición, él hará lo posible por cumplirla… Que te lo dijera, para no poner a Agustín en una situación difícil.

Si Fabiola era quien daba el primer paso, tal vez Agustín no la pasaría tan mal.

—Entiendo —respondió Fabiola, sintiendo un vacío en el pecho mientras asentía.

—Sé que te duele, y yo también estoy triste. Pero si no se divorcian, el abuelo podría de verdad echar a Agustín de la familia. Hace años, por un lío familiar, ya lo habían mandado de regreso a La Esperanza Verde —agregó Sofía, soltando otro suspiro.

—Aunque el abuelo quiere mucho a su nieto, viene de una vida militar, es rígido, no le tiembla la mano y jamás va a consentir a Agustín —dijo, con voz seria.

Fabiola entrelazó los dedos de las manos, los nervios apretándole el estómago.