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Jefe Irresistible: Rendida a su Pasión (de Maria Anita) romance Capítulo 774

"Patricio"

No me sentía muy cómodo con este encuentro con mi ex cuñado, pero no podría decirle que no a Lisandra. Tal vez quería ver cómo reaccionaría, tal vez quería tener la certeza de que pasé la página y ya no me importaba Virginia. ¡No sé! Pero de cualquier forma haría lo que ella quería.

Caminamos hasta ese restaurante y nos sentamos en una mesa. Lisandra estaba somnolienta por los medicamentos y por la infección de garganta, pero lo estaba disimulando al máximo y realmente estaba preocupada por Rick. Mientras esperábamos él comenzó a contar cómo había sido el descubrimiento de esa traición para él y que tuvo que enfrentar a Taís.

Pronto Levy entró al restaurante y por supuesto que no podía estar solo, Virginia y Luciano estaban con él. Cuando entraron, yo estaba dándole un beso en la mano a Lisandra, que me sonreía, y Virginia vio la escena. No podía simplemente recogerse en su vergüenza, necesitaba provocar y enseguida habló:

—¡Me olvidaste rápido!

—No fue rápido, pero sí, quedaste en el pasado. —Apreté la mano de Lisandra.

—Pero tú... —Virginia comenzó a hablar en tono de reclamo, pero fue interrumpida por la mirada grave de su hermano y se calló.

—Patricio, ¿cómo estás? —Levy me saludó.

—Muy bien, Levy. ¿Y tú, cómo estás? —respondí con la misma educación.

—Bien. Y esta chica hermosa es tu novia. —No era una pregunta—. ¡Tienen que decirme dónde encuentran a estas mujeres hermosas! Catarina, Melissa, esta chica bonita... —Hizo un chiste para Lisandra que le sonrió como si no hubiera una incomodidad ahí.

—Todas son de Campanario. ¡Pero quita el ojo que es mía! —Sonreí.

—Me alegro por ti, Patricio. Sabes cuánto lamento todo lo que pasó. Y tú... —Miró a Lisandra esperando el nombre.

—Lisandra. —respondió con una sonrisa.

—Lisandra, tan lindo como su dueña. Estás en buenas manos, es buen tipo. —Levy era un galán y estaba siendo gentil con Lisandra, lo que pareció tranquilizarla, pero yo estaba aferrado a su mano.

—Patricio, ¿Melissa te contó? —Virginia se sentó frente a mí y me preguntó.

—Sí, me contó todo, entonces ahorremos más palabras, Virginia. —respondí, realmente no tenía nada que hablar con ella.

—Quiero pedirte perdón. —Virginia me miró como si fuera a deshacerse en lágrimas.

—¡No hace falta! Estoy muy bien, estoy feliz y seguí adelante. —respondí.

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