Ariadna sabía la razón: Soledad tenía miedo de que la acusara de haber robado la tarjeta de presentación.
-¿A dónde va tan temprano? -preguntó Hipólito a Cintia después de notar el desayuno casi intacto de Soledad.
-¿Conoces a Samuel Silva, el director? -respondió Cintia con una sonrisa.
-Por supuesto -asintió Hipólito.
—El señor Silva elegirá hoy el reparto de su nueva película. Soledad recibió la oportunidad de hacer una audición — continuó ella.
Aunque Soledad le dijo a todo el mundo que Samuel le había dado el papel, todo lo que consiguió en realidad fue un puesto para dar una audición. Además, solo consiguió esa oportunidad gracias a un soborno de Cintia; sin embargo, Hipólito no lo sabía.
-¡Eso es genial! -exclamó el hombre con alegría-. Como su padre, estoy muy orgulloso de mis dos talentosas hijas.
Salgamos a comer esta noche. Nunca recibí de forma adecuada a Sol después de que regresara.
Cuando Cintia escuchó el apodo de Ariadna, se sintió algo molesta. El motivo por el que nombró a su hija Soledad fue porque el apodo de Ariadna era Sol; quiso ponerle un nombre que sonara similar. Su intención fue robarle todo a María, su hermana. Sin embargo, en ese momento sonó demasiado desagradable en sus oídos.
-¡Claro! -dijo la mujer mientras forzaba una sonrisa-, Soledad también dijo que está muy segura de conseguir el papel. Hoy es un gran día. ¡Salgamos en familia y tengamos una comida magnífica juntos!
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