Joaquín le arrebató el celular a Renata y lo lanzó con fuerza al suelo, mirándola con una furia que parecía a punto de estallar.
—¡Seguro te estás inventando todo! ¡Lárgate de aquí ahora mismo, o hago que tus papás te metan a un hospital psiquiátrico!
Renata sabía que sus padres adoraban el dinero, y que su mamá no tenía buena salud. Si Joaquín les ofrecía una cantidad, sería fácil convencerlos de encerrarla en un hospital. No lo dudarían ni un segundo.
Por un momento, el ambiente se quedó en silencio. Hasta los murmullos se apagaron de golpe.
Fue entonces cuando Petra soltó un chasquido de desaprobación.
—¿Y tú por qué le rompes el celular? No me digas que sí tienes algo que ocultar y te da miedo que yo lo vea.
Joaquín se puso tenso, casi petrificado.
—¿De verdad le crees, Petra? ¿Ya se te olvidó que fue ella la que se metió en nuestra relación? ¿Cómo le puedes creer a alguien así?
Petra soltó una risa seca, llena de desprecio.
—¿Y por qué tendría que confiar en ti, si el que traicionó fuiste tú?
Joaquín se quedó sin palabras, tragando saliva, con la mirada perdida.
Cecilia intervino, apurada.
—Petra, somos amigas de años. ¿En serio vas a desconfiar de mí? Si de verdad quisiera estar con Joaquín, ya lo hubiera hecho. ¿Para qué esperar hasta ahora?
Petra la miró de arriba abajo, con una media sonrisa que no dejaba ver lo que pensaba.
—Ah, ¿entonces lo que dijo la señorita Renata hace rato, que ustedes llevan tiempo juntos, eso sí es cierto?
Cecilia palideció. Justo lo que había dicho para convencer a Petra se le había volteado en contra.
—¿Petra, de verdad dudas de mí? Yo sólo quiero que tú y Joaquín arreglen las cosas. Si yo tuviera algo con él, ¿crees que me molestaría en ayudarles?
Petra asintió despacio, sin dejar de mirarla.
Cecilia, aliviada, iba a seguir hablando, pero Petra la interrumpió con voz tranquila, como si hablara del clima.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: La Traición en Vísperas de la Boda