La Traición en Vísperas de la Boda romance Capítulo 440

Anaís se quedó sin saber qué hacer por un momento.

Al fin y al cabo, Petra había sido colocada en la oficina del director general por indicación directa de Benjamín.

—El señor Benjamín no me dio ninguna instrucción —comentó Anaís, un tanto insegura.

Anaís llevaba ya un tiempo trabajando cerca de Benjamín, así que podía notar que él tenía un trato especial hacia Petra.

No podía tratarla como al resto de los empleados, ni mucho menos mostrarle alguna mirada de desprecio. Al contrario, debía atenderla con respeto.

Petra, al escucharla, bajó la voz y respondió:

—Si el señor Benjamín me pidió estar aquí, entonces supongo que ahora trabajo bajo tus órdenes.

No podía simplemente quedarse ahí de brazos cruzados hasta que Benjamín regresara, ¿no?

Viendo que Petra lo decía con tanta naturalidad, Anaís finalmente le asignó algunas tareas.

Al recibir las indicaciones, Petra se puso manos a la obra.

Como apenas acababa de llegar a Grupo Hurtado, todavía no se familiarizaba con algunos de los equipos y espacios de la oficina del director general. Cuando necesitó imprimir unos documentos, no le quedó más remedio que preguntar a sus compañeros.

—Disculpa...

Apenas había abierto la boca, cuando la persona a la que se dirigía soltó un —Uff—, con un tono claramente fastidiado.

Petra se tragó las palabras que tenía por decir.

Echó un vistazo alrededor de la oficina, pero no encontró la impresora por ningún lado.

Justo cuando pensaba levantarse para buscarla, una compañera que estaba sentada frente a ella se puso de pie y, sonriendo, le habló:

—¿Estás buscando la impresora?

Petra asintió con la cabeza.

La compañera, con una sonrisa amable, le dijo:

—Justo voy a la sala de impresión. Si quieres, ven conmigo.

Petra agradeció en voz baja y la siguió hasta la sala de impresión.

No era de extrañar que no hubiera visto ninguna impresora en el área de trabajo; resulta que en Grupo Hurtado la oficina del director general tenía una sala de impresión aparte.

Mientras esperaban a que los documentos salieran, la compañera se volvió hacia Petra con una sonrisa y se presentó: