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La Traición en Vísperas de la Boda romance Capítulo 547

Petra no le dio importancia a los insultos de Penélope, apenas se le dibujó una sonrisa helada en los labios.

Justo en ese momento, Anaís apareció con los documentos recién impresos y se los entregó a Petra.

Petra deslizó los papeles hasta ponerlos frente a Penélope.

Penélope, que seguía lanzando improperios, se quedó callada unos segundos al ver los archivos. De inmediato, clavó la mirada en el tío de Joaquín, como si esperara que él le diera alguna solución.

El tío de Joaquín se notaba desconcertado; tomó los papeles y comenzó a revisarlos hoja por hoja. Poco a poco su expresión se fue endureciendo.

—¿Tú… siempre desconfiaste de Joaquín?

Petra curvó los labios en una sonrisa, su voz sonó tranquila, pero cortante.

—Claro, ¿cómo no iba a desconfiar de él? Esta empresa la fundé con la herencia de mi madre. Él no es ni familia ni nada mío, y encima se adueñó de mis acciones… ¿qué más pretende?

El tío de Joaquín se quedó sin palabras, con el gesto rígido y la mirada oscura.

Penélope, al ver el cambio en el rostro del tío, se acercó y le susurró preocupada:

—¿Qué pasa, hermano?

El hombre se mantuvo en silencio un buen rato, hasta que por fin habló en voz baja y grave.

—Cuando Joaquín entró, me dijo que todavía tenía el 21% de las acciones. Según él, el 20% lo tenía a nombre de alguien más, pero seguía quedándole el 1% en Nexus Dynamics. Ese 1% también vale una buena lana… mínimo un millón de pesos.

En cuanto Penélope escuchó eso, su cara cambió por completo y preguntó apresurada:

—¿Cómo que solo el 1%? ¿No que tenía mucho más?

El tío de Joaquín apretó la mandíbula y no dijo nada más, como si aún no lograra digerir la situación.

Petra, con una falsa amabilidad, se encargó de aclarar la duda:

Al ver el silencio de todos, Petra apenas levantó las comisuras de los labios y soltó con calma:

—Además, Joaquín le debe varios millones a la empresa. Así que ni siquiera ese 1% de acciones le va a llegar completo a Penélope.

Apenas terminó de hablar Petra, todos los presentes pusieron mala cara.

Penélope, viendo que ya no tenía nada qué perder, se rebeló con furia:

—¡Petra, tú y el señor Benjamín solo se aliaron para quitarle las acciones a Joaquín! Ahora que encontraste un respaldo más fuerte, quieres deshacerte de él, pero te vas a quedar con las ganas.

—Si no me quieres dar dinero, entonces aquí nos quedamos. A ver quién resiste más. Dicen que cuando la reputación de una empresa se mancha, las acciones y el valor se desploman. Lo que perderías en un solo día sería más de lo que podrías darme. ¿De verdad te atreves a seguir en esto conmigo?

Nadie podía creer que una mujer del pueblo pudiera soltar amenazas tan directas. Era obvio que alguien más la estaba asesorando.

Petra solo dejó escapar una risa tranquila, sin prestar atención a las amenazas de Penélope.

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