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La Traición en Vísperas de la Boda romance Capítulo 793

Petra Calvo y Benjamín Hurtado salieron juntos de la oficina. Justo en ese momento, Baltasar Sandoval se acercó para hablar con Petra.

—¿Te acabaste el café?

Petra sonrió.

—Era muchísimo, claro que no me lo terminé.

»Pero se lo di a la señora de la cafetería para que lo repartiera entre quienes les guste.

Al oírla, Benjamín la miró de reojo, con una mirada que parecía un reproche.

Seguramente no le había gustado que su detalle para ella acabara repartido entre todos.

Petra le dedicó una sonrisa culpable.

Por suerte, Benjamín no parecía querer darle más importancia al asunto. Cuando las puertas del elevador se abrieron, entró sin más.

Petra y Baltasar lo siguieron de cerca.

Una vez que los tres se fueron, el resto del personal de la oficina comenzó a irse poco a poco.

Patricia, sentada junto a Josefina Pineda, observó la escena en la puerta del elevador apretando los dientes con rabia.

Sobre todo, cuando Baltasar hablaba con Petra. Esa actitud tan confianzuda y esa sonrisa que la sacaba de quicio la estaban volviendo loca.

—Josefina…

Josefina frunció los labios, levantó la vista hacia Patricia y le dijo en voz baja:

—Patricia, de verdad lo siento.

»La culpa es mía, he estado tan ocupada que no tuve tiempo de presentarte a Baltasar, y por eso las cosas han llegado a este punto.

Josefina no explicó nada sobre la relación entre Petra y Baltasar, ni aclaró cuál era su naturaleza.

Al escuchar a Josefina, Patricia se mordió el labio. Había perdido la última pizca de esperanza.

Respiró hondo, apretó la mandíbula y dijo:

—¡No sé qué demonios le ve Baltasar a esa!

Josefina frunció el ceño y le tapó la boca con la mano.

—Patricia —susurró—, ellos no quieren que esta relación se haga pública, así que… haz como si no supieras nada.

Josefina usó el plural «ellos» de manera astuta, de modo que si Patricia la delataba en el futuro, ella podría usarlo en su contra.

Una sombra de decepción cruzó la mirada de Patricia, y sus ojos se llenaron de tristeza.

—Podía ser cualquiera, ¿por qué tenía que ser ella?

Aunque Patricia llevaba pocos días en la Oficina de Presidencia, ya se había fijado en la forma de trabajar de sus compañeros.

Solo Petra parecía pasársela sin hacer nada; no le asignaban tareas.

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