No Me Dejes, Aunque No Te Lo Mereces romance Capítulo 171

En ese momento, la abuela volvió a mirar a Johana y le dijo:

—Joha, no le hagas caso a las tonterías de Marisela. Mira, hasta Ariel ya sabe cómo buscarse la vida: ni siquiera ha firmado el divorcio y ya tiene a la siguiente en la fila. Tú también deberías buscarte a alguien antes de separarte, así no andas sufriendo.

La abuela sabía que Johana no era de esas, solo quería ganar tiempo. Marisela, por su lado, soltó:

—Está bien, al rato le presento un novio a Joha.

Marisela solo estaba ahí para meterle más leña al fuego. La abuela, con una expresión que no dejaba lugar a dudas, se quitó la chancla y le dio unos azotes:

—¡Dame mi celular! No quiero que sigas con eso. Mejor vete a tu cuarto.

Con las ocurrencias de Marisela, Johana no pudo evitar soltar una carcajada.

Después, ambas se quedaron un rato con la abuela en el patio trasero, y luego regresaron juntas a la casa principal.

...

La luna parecía un disco perfecto en el cielo.

Los árboles este año lucían especialmente frondosos; el viento traía consigo un aroma fresco y el susurro de las hojas llenaba el ambiente.

Caminando despacio, lado a lado, Marisela comentó:

—Joha, yo creo que mi hermano sí anda interesado en ti. Hoy en la mañana le pregunté y dejó bien claro que lo de casarse fue por decisión propia, y que ni siquiera se ha planteado el divorcio.

—Y lo de ayer, se notó que fue pura estrategia. Clarito que no quiere separarse.

Johana, al lado de Marisela, soltó una sonrisa y le respondió:

—Si de verdad no quiere divorciarse, seguro es porque le conviene tenerme aquí, siempre dispuesta y sin hacerle lío. Raúl ya lo dijo: si esto fuera hace doscientos años, hasta una placa me habrían puesto.

Marisela le replicó:

—Yo sí creo que mi hermano anda al pendiente de ti. Deberías aprovechar para pedirle algo, por ejemplo, que deje en paz lo de Futuro Digital S.A. y no se meta en ese negocio. Piensa en tu propio beneficio, no vayas a salir perdiendo.

—Si no, después todas las ventajas se las va a llevar otra.

Johana solo le sonrió, sin decir nada.

...

Cuando llegaron a la casa, Ariel ya no estaba en la sala.

Johana se fue directo a su cuarto. Encontró a Ariel ahí, de pie junto al clóset, con un vaso de agua mientras tomaba sus medicinas.

El doctor Naranjo le había recetado antibióticos y analgésicos el día anterior, y hoy ya se le veía mucho mejor.

Al verla entrar, Ariel dijo:

Verifica el captcha para leer el contenidoVerificar