No Me Dejes, Aunque No Te Lo Mereces romance Capítulo 197

Al escuchar las palabras del abuelo, Ariel soltó un suspiro profundo antes de responder:

—Ya lo estoy intentando, de verdad.

Desde pequeño, Ariel rara vez se mostraba vulnerable. Verlo así, tan apagado y sin energía, hizo que el abuelo ni siquiera se molestara en regañarlo. Solo le ordenó, con tono firme:

—Entonces apúrate y arréglalo con ella. Y de ahora en adelante, compórtate y vive en paz.

Luego, el abuelo añadió:

—Pero si Joha decide que no quiere seguir contigo, tampoco la obligues. No la hagas pasar malos ratos.

Y remató:

—Estos tres años, fuiste tú el que le falló. Cuando llegue el momento, lo que le corresponde, se lo das sin falta. Ni se te ocurra hacerte el listo, o te las verás conmigo.

Al escuchar las últimas advertencias del abuelo, Ariel sonrió con resignación y dijo:

—Entendido.

Ahora, nadie apostaba por él y Johana.

Hasta la renuncia de Johana la firmó su propio padre. Incluso el abuelo le estaba aconsejando dejarla.

Ariel metió la mano en el bolsillo del pantalón buscando un cigarro y el encendedor, pero al recordar que estaba en el hospital, los volvió a guardar.

Quizá, desde el principio, había elegido el camino equivocado.

...

Mientras tanto, después de salir del hospital, Marisela manejó el carro y llevó a Johana a su nuevo hogar.

Ese día llegaba el sistema de cine en casa que Marisela le había encargado a Johana.

Al ver cómo su casa se iba llenando de cosas, Johana sintió una calidez en el pecho; ya no aguantaba las ganas de vivir sola.

Marisela le puso el brazo por encima del hombro y, levantando la ceja, le dijo:

—Señorita Johana, ¿qué te parece? ¿No está mal, verdad?

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