¡Por favor, sé mi pareja! romance Capítulo 51

Resumo de Capítulo 51: ¡Por favor, sé mi pareja!

Resumo de Capítulo 51 – Capítulo essencial de ¡Por favor, sé mi pareja! por Internet

O capítulo Capítulo 51 é um dos momentos mais intensos da obra ¡Por favor, sé mi pareja!, escrita por Internet. Com elementos marcantes do gênero Hombre lobo, esta parte da história revela conflitos profundos, revelações impactantes e mudanças decisivas nos personagens. Uma leitura imperdível para quem acompanha a trama.

Los machos que recién habían completado la ceremonia de emparejamiento eran muy s*xuales. Además, no era como si esta fuera la única ocasión en la que iba a enfrentarme a algo así. Sabía muy bien que se esperaba que tuviera los hijos del Alfa y que diera a luz a su heredero. A menos que decidiéramos hacerlo de manera artificial, lo cual era posible, pero había menos posibilidades de quedar embarazada.

Una mano tocó mi hombro y me sobresalté. No me había dado cuenta de que había estado perdida en mis pensamientos. Volteé y vi a Zaden, que ahora solo llevaba unos pantalones grises. Tenía el cabello peinado hacia atrás, lo que lo hacía lucir más joven de lo que ya era.

Entonces, me ofreció la mano. Tragué saliva, pero puse mi mano sobre la suya. No podía faltarle el respeto frente a su propia manada. Teníamos que fingir ser una pareja feliz. Luego caminé a su lado mientras les mostraba una suave sonrisa a los miembros de la manada a medida que pasábamos entre ellos. Vi a Emma y me mostró el pulgar hacia arriba. Ella era la única que conocía mi situación, así que me deseó suerte.

Ambos permanecimos en silencio mientras subíamos las escaleras y atravesábamos los pasillos. Mantuve mi mirada al frente todo el tiempo, no me atrevía a mirar a Zaden, no hasta que llegamos a su habitación. Fue entonces cuando me di cuenta de lo cerca que estábamos el uno del otro. Nuestras manos estaban muy cerca, había poco menos de un centímetro de espacio entre ellas. Traté de retirar mi mano, pero me apretó fuerte. Tiró de mí hacia él y, por instinto, puse mi otra mano en su pecho para mantener nuestros cuerpos alejados.

“Tenemos que hacerlo.” Dijo con voz ronca.

“No, no tenemos que hacer nada. Hablaba en serio cuando dije que no dejaría que me tocaras.” Retiré mi mano y salí de su habitación.

¿En qué me había metido? Mi vida se estaba convirtiendo en mi peor pesadilla.

Observé la tierra iluminada por la luz de la luna como si fuera nieve a través de la ventana. Había vuelto a mi habitación anterior mientras trataba de controlar mi angustia que seguía carcomiéndome día tras día. Sentía una desesperación y frustración dentro de mí que quería sacar de cualquier manera posible. Había estado reprimiendo esta parte de mí cada vez más día a día y me estaba asfixiando.

Escuché un golpe en mi puerta, pero ya sabía quién era, así que no abrí. Sin embargo, después de un tiempo, escuché que la puerta se abría y se cerraba con cuidado detrás de mí. Podía sentir su presencia en la habitación. Podía sentir cómo el aire zumbaba por la electricidad y cómo la tensión se acumulaba dentro de mi cuerpo. Se paró justo detrás de mí mientras me miraba. Su aliento caliente sopló contra mi cuello y se me puso la piel de gallina. Cerré los ojos y desaté el nudo que se estaba formando en mi garganta. Abrí los ojos de nuevo y vi su tenue reflejo en el cristal de la ventana.

A veces, le preguntaba a la Diosa de la Luna por qué me había emparejado con este monstruo sin corazón.

Él levantó la mano, sujetó mi barbilla e hizo que lo mirara. Sentí su otra mano alrededor de mi cintura antes de que tirara de mí contra su cuerpo firme. Puse las manos en su pecho, pero esta vez no traté de empujarlo.

“Si quieres destruirme, tus lágrimas y la distancia entre nosotros serán más que suficientes para hacerme perder el control…”

Se calló mientras limpiaba mi única lágrima con su pulgar.

“Lo siento, lo que hice ayer estuvo mal en todos los sentidos. Perdí el control, pero no te atrevas a hablar de morir frente a mí porque no permitiré que me dejes. Te quedarás conmigo como mi Luna, te guste o no. En cuanto a mi lobo, me ocuparé de él, pero recuerda lo que te dije, Luna Riven, no permitiré que me dejes, ni siquiera la muerte podrá separarnos.”

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