Entrar Via

Reencarné y mi Esposo es un Coma romance Capítulo 107

Adriana hizo el gesto de cerrarse la boca con una cremallera.

—Te garantizo que no se me escapará ni una palabra.

Como mujer, conocía perfectamente a las mujeres.

Ahora mismo, Sabrina estaba furiosa. Si se atrevía a mencionar a Ignacio, las despedazaría a ambas.

Pero una vez que durmiera y se le pasara el enojo, sería el momento perfecto para hablar.

—Tú dormirás en esta habitación. No hagas ruido, necesito tranquilidad.

—¡Entendido!

En cuanto Sabrina entró en su cuarto, Adriana le envió un mensaje a Ignacio.

[Nacho, Sabrina ya está a salvo en Jardines de Esmeralda. Ahora mismo está muy enojada. Esperaré a que se le pase mañana y entonces intentaré explicarle las cosas.]

Ignacio respondió:

[¿Cuándo compró un apartamento en Jardines de Esmeralda? ¿Por qué no me lo dijo?]

Adriana tecleó:

[Me enteré por casualidad de que Sabrina había comprado en Jardines de Esmeralda, pero le dije que tú me lo habías contado. Así que, por favor, no vayas a meter la pata. Y acuérdate de borrar los mensajes.]

Ignacio:

[¿Así que tú mientes y yo tengo que pagar las consecuencias?]

Adriana:

[En ese momento no se me ocurrió nada mejor. Carga tú con esta, la próxima la asumo yo.]

Ignacio no volvió a responder.

Adriana esperó un buen rato, pero al no recibir respuesta, supo que Ignacio había leído el mensaje y la había dejado en visto.

***

Al día siguiente.

Sabrina no había podido dormir en toda la noche y se había quedado dormida casi al amanecer. Las múltiples alarmas no lograron despertarla.

No fue hasta que el aroma de la comida llegó a su nariz que se despertó. Se incorporó de un salto, con la mente todavía nublada.

Miró por la ventana: el sol brillaba con fuerza. Por la intensidad de la luz, era evidente que ya no era por la mañana.

Tomó su celular y miró la hora: doce y media del mediodía…

¡Vaya siesta se había echado!

—¿Debo entender que mis platos se ven tan bien como los de un restaurante de lujo?

—Habrá que probar para saberlo. —Sabrina se sentó y tomó un tenedor para probar un trozo de pollo.

—¿Y bien? —preguntó Adriana, apoyando la barbilla en sus manos, esperando con ansias el veredicto de Sabrina.

Sabrina probó cada uno de los platos antes de dar su opinión.

—Está delicioso, realmente comparable a la comida de un gran chef.

—¡A que sí! Si te gusta, come más. —Adriana le sirvió un tazón de sopa y se lo colocó delante.

—Esta sopa la he cocido a fuego lento durante cuatro horas. Es perfecta para después de una noche de insomnio —explicó Adriana detalladamente.

Sabrina sonrió negando con la cabeza.

—Estabas segura de que anoche no podría dormir, ¿verdad? Hasta pediste el día por mí y me preparaste esta sopa.

—¡Pues claro! Somos mujeres, te entiendo perfectamente. —Viendo la oportunidad, Adriana continuó la conversación.

—La verdad es que yo también creo que Nacho se equivocó. Es normal que estés enojada con él. Esta vez, tampoco lo defenderé.

***

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Reencarné y mi Esposo es un Coma