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Reencarné y mi Esposo es un Coma romance Capítulo 11

Una hora después, Sabrina yacía agotada en la cama, murmurando maldiciones en voz baja.

Sin embargo, las venas en la frente de Ignacio ya no estaban tan marcadas, como si hubiera encontrado alivio. Una leve sonrisa se dibujaba en sus labios.

***

A las tres de la tarde, Sabrina llegó a la agencia de servicios domésticos.

El dueño le entregó un contrato.

—Aquí está el acuerdo. Revíselo y, si todo está en orden, puede firmar.

Sabrina lo leyó con atención. Aunque solo era un contrato de empleo, prefería asegurarse de que todo estuviera claro.

No encontró ningún problema, así que lo firmó.

—¿El cuidador ya está aquí? —preguntó.

El dueño asintió.

—Sí, está en la oficina. Puede irse con usted ahora mismo.

—Perfecto, entonces vámonos ya —respondió Sabrina. No le gustaba dejar a Ignacio solo por mucho tiempo, especialmente después de que Julieta recibiera el castigo esa misma mañana.

El dueño fue a buscar al cuidador.

—Él es Matías. Esta es su empleadora, la señorita Sabrina.

—Señorita Molina, mucho gusto, soy Matías Zúñiga —dijo él con una sonrisa, extendiéndole la mano.

Sabrina frunció el ceño y lo examinó de arriba abajo. Pelo negro, facciones atractivas, piel clara: el típico aspecto de un chico bueno e inofensivo.

Parecía mucho más joven que en la foto, casi un adolescente.

¿De verdad un chico con esa apariencia podía cocinar de maravilla y enfrentarse a ocho hombres a la vez? Lo más probable era que terminara necesitando que ella lo defendiera.

Sabrina dudó de su edad real.

—Permíteme ver tu identificación —le dijo, extendiendo la mano.

Matías pareció sorprendido por un momento, pero luego sacó su cartera y le entregó su documento de identidad.

Capítulo 11 1

Capítulo 11 2

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