De repente, soltó una carcajada y negó con la cabeza, resignada.
Su vida, tanto en el pasado como en el presente, siempre había estado en el punto de mira de alguien.
Si no se equivocaba, la persona dispuesta a pagar cinco millones por su cabeza tenía que ser de la familia Guerrero; Julieta era la principal sospechosa.
Y la que ofrecía cien mil, una suma más modesta, debía ser alguien sin tanto dinero. Eso reducía considerablemente las posibilidades.
Aunque Tania dependía de los hombres, era muy hábil para conseguir dinero. Para asegurarse de eliminarla, seguro que habría ofrecido más de cien mil. Al fin y al cabo, lo barato sale caro.
Pero, aparte de Tania, ¿con qué otra mujer tenía enemistad?
En ese momento, no se le ocurría nadie más.
—De verdad te he contado todo lo que sé. Por favor, ten piedad y déjame ir. Si no fuera por mi familia, nunca me habría arriesgado a hacer algo así —dijo el asesino, intentando apelar a la compasión de Sabrina.
—¡Esa no es una excusa para matar por dinero! Hoy te has topado conmigo, pero si tu víctima hubiera sido una mujer indefensa, ahora estaría muerta.
El corazón del asesino se hundió. Estaba acabado. Su vida terminaría aquí.
—Pero soy una buena ciudadana y no voy a matar a nadie. Si no, ¿en qué me diferenciaría de ti? —Sabrina sacó su celular y le tomó varias fotos a la cara del asesino—. A partir de esta noche, tienes que dejar esta vida. Si me entero de que sigues matando por dinero, pasarás el resto de tus días en la cárcel.
No era una santa, pero había meditado su decisión.
La *darknet* era un mundo sin ley, un lugar donde se reunía gente de toda calaña.
Aunque ahora entregara al asesino a la justicia, solo le caerían unos pocos años.
Hacerlo sería como una bofetada a la *darknet*, y las consecuencias eran previsibles.
El asesino asintió repetidamente y levantó tres dedos en señal de juramento.
—Lo juro, a partir de ahora me retiro. Nunca más volveré a hacer algo así.
—Lárgate y no vuelvas a cruzarte en mi camino. —Sabrina le hizo un gesto con la mano—. Deja las llaves del carro.

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