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Reencarné y mi Esposo es un Coma romance Capítulo 133

Los ojos de Julieta se abrieron de par en par.

—¿Y aun así viene a proponernos una colaboración? ¿Acaso quiere vengar a su hermano?

Rubén sonrió.

—No todos los hermanos se llevan tan bien como nosotros. Algunos son peores que extraños. Y sin saber si ella está al tanto de que yo tuve algo que ver con la muerte de su hermano…

—Lo primero que ha hecho al llegar ha sido proponer una alianza para eliminar a Sabrina. Eso demuestra que su objetivo aparente es deshacerse de ella, pero en el fondo, lo que quiere es a Ignacio.

Julieta lo entendió al instante. Claro, no era más que una rivalidad entre mujeres.

—Pero que se atreva a decir que solo ella puede hacer que vuelvas a caminar me sorprende. Parece una chica inteligente, no creo que se esté cavando su propia tumba.

—Hermano, ¿de verdad crees que puede curarme? Ella misma dijo que estudia dirección en la Universidad de Clarosol. —Julieta seguía sin creer que una mocosa pudiera hacer algo que la dejara boquiabierta.

—Puede que ella no tenga la capacidad, pero quizás conoce a alguien que sí la tiene, y por eso se ha atrevido a decir eso —analizó Rubén con lógica.

—Sea como sea, no le creo.

—Claro, el equipo médico que he traído vendrá a verte en un rato. Conmigo aquí, no tienes de qué preocuparte.

—Hermano, eres el mejor. —Julieta acurrucó la cabeza en el pecho de Rubén, con una expresión de pura felicidad.

—Por cierto, ¿ha vuelto tu marido? ¿Te está cuidando bien? —preguntó Rubén por Emilio.

El rostro de Julieta se iluminó con una sonrisa, como si estuviera flotando en una nube de azúcar.

—Emilio viene a verme todos los días, no le importa que esté tetrapléjica.

—Hermano, te lo dije, el roce hace el cariño. Por mucho que Emilio quisiera a Keira, con el tiempo, ese sentimiento se desvanecería.

—Bueno, si tú eres feliz, eso es lo que importa. —Rubén sabía más de lo que aparentaba, pero al ver a Julieta tan feliz, no quiso romper su burbuja.

A veces, un secreto guardado toda la vida puede ser una bendición.

—Rubén. —En ese momento, entró su guardaespaldas.

—¿Has hecho lo que te pedí? —preguntó Rubén.

—Sí, todo está hecho.

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