Reencarné y mi Esposo es un Coma romance Capítulo 185

La cabeza de Camilo era un remolino de pensamientos, como si estuviera a punto de estallar. Se frotó las sienes, desconcertado.

—¿De qué información hablas?

—¿No la recibiste? Te la mandé anoche, hasta te envié una captura para que tuvieras cuidado con Sabrina —Tania frunció el ceño mientras sacaba el celular de Camilo de su bolsillo.

Ingresó la contraseña y abrió su conversación de WhatsApp. La pantalla estaba vacía, ni rastro de mensajes.

—Cami, sé que estás molesto, pero tampoco era para que borraras mis mensajes sin siquiera leerlos.

Camilo tomó el celular y arrugó la frente.

—Yo no los borré.

—Si no fuiste tú, ¿quién más pudo haberlo hecho? —Tania ya mostraba señales de molestia—. Si anoche hubieras visto lo que te mandé, quizá nada de esto estaría pasando.

Camilo permaneció en silencio. Recordaba que al volver del restaurante la noche anterior, fue a ver a su madre. Ella conocía la contraseña de su celular. Si los mensajes habían desaparecido, solo ella pudo haberlos eliminado.

—¿Qué fue lo que me enviaste anoche?

Tania sacó su propio teléfono y buscó en la conversación, luego se lo mostró.

Camilo leyó el chat, negó despacio y soltó una risa con amargura.

—Esto me lo busqué yo mismo. Si hace unos días te hubiera respondido los mensajes o contestado tus llamadas, tal vez nada de esto habría pasado.

—Cami, ¿todavía sigues molesto conmigo? —Tania aprovechó el momento para dejar clara su postura—. Además, yo no he hecho nada en tu contra. Si de verdad no quieres que me junte con Germán, no lo haré. A mí me gustas tú, así como eres, aunque ahora no tengas nada, igual quiero estar contigo.

Ella conocía bien a Camilo; sabía que no iba a rendirse tan fácil. El día que él se levantara, sería el día en que ella entraría a su vida de forma definitiva.

—Tania, perdóname. No fue mi intención tratarte así. Tengo mis razones —de repente, Camilo la abrazó con fuerza y rompió en llanto, la voz hecha pedazos—. Solo quería mantenerte a salvo. Quiero que sigas viva, que nada te pase.

¡Así que era eso!