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Reencarné y mi Esposo es un Coma romance Capítulo 42

La idea la envaneció, y su barbilla se alzó con arrogancia.

Los demás, intrigados por los planes de Sabrina, también confirmaron su asistencia.

Petrona, siempre tan oportuna, le escribió a Sabrina por privado: [Sabri, ¿tienes algún invitado especial esta noche? ¿Necesitas que prepare algo?]

Sabía que su nuevo puesto como señora de la casa se lo debía, en gran parte, a las buenas palabras de Sabrina ante el abuelo.

Una persona inteligente no necesita que le digan las cosas, solo saber actuar en el momento adecuado.

Sabrina respondió: [Cuñada, con lo que prepares estará bien. Mi amigo no es nada exigente.]

Petrona: [De acuerdo, entonces me esmeraré. No podemos tratar mal a tu invitado.]

Sabrina: [Gracias por las molestias, cuñada.]

Petrona: [No digas eso, Sabri. Si necesitas algo, solo tienes que decírmelo. Somos familia, llámame por mi nombre, que lo de "cuñada" suena muy formal.]

Sabrina se limitó a responder: [Ok.]

Conocía bien a Petrona. Su amabilidad se debía a que la consideraba útil, y sabía que le debía su nuevo puesto.

Pero lo que Petrona no sabía era que Sabrina tenía sus propios motivos para haberla elegido como señora de la casa.

***

Cayó la noche.

Los que trabajaban fuera ya habían regresado. Julieta fue la primera en llegar.

Hacía días que no pisaba la mansión, y la echaba de menos.

En cuanto entró, recuperó su antigua actitud de dueña y señora, dando órdenes a diestro y siniestro. Betina, a un lado, puso los ojos en blanco y no pudo evitar soltar un comentario sarcástico.

—La echan de la casa, le quitan el puesto, ¿y todavía se da aires de dueña? Qué descaro.

Capítulo 42 1

Capítulo 42 2

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