Seduciendo al suegro de mi ex romance Capítulo 20

Perspectiva de Judy

Mi madre estaba sonriendo por primera vez desde que mi padre fue arrestado por los Gammas de la manada.

"Oh, Judy. Qué bueno que estás en casa, mira quién vino a visitarnos," dijo mi madre, con una sonrisa radiante en su rostro mientras miraba a Ethan. "Me dijo que podría ayudarnos si cooperas con él."

Tenía una mirada interrogante en sus ojos cuando volvió a mirarme. Le había dicho que Ethan se negó a ayudar, pero ahora él estaba haciendo parecer como si yo no estuviera siendo cooperativa con sus demandas y esa era la razón por la que se negaba a ayudarnos. Pude notar que no le dijo cuáles eran esas demandas, y yo tampoco se lo iba a decir.

Solo rompería más su corazón y no tenía fuerzas para eso en ese instante. Estaba exhausta después del día que había tenido, y solo quería irme a la cama. Lo último que quería ahora era lidiar con Ethan.

Crucé los brazos sobre mi pecho y miré con furia a mi ex, quien tenía una sonrisa de suficiencia en su rostro.

"¿Qué está haciendo él aquí, mamá?" Le pregunté.

Ella frunció el ceño hacia mí.

"¿Esa es tu forma de hablar?" Preguntó, juntando sus cejas. "Te crie mejor que eso, Judy. Ethan ha sido un amigo de esta familia durante mucho tiempo. Es tu pareja destinada, también se está ofreciendo a ayudarnos en nuestro momento de necesidad, así que deberías mostrarle más respeto."

Presioné mis labios en una línea delgada.

"¿Necesito recordarte que terminamos?" Pregunté, todavía mirando a Ethan, pero también le hablaba a mi madre.

Necesitaba que ambos tuvieran claro que Ethan y yo ya no estábamos juntos y si mi madre esperaba alguna reconciliación, entonces no tendría suerte, porque eso no iba a suceder.

"Eso no significa que no puedan seguir siendo amigos," respondió mi madre. "Él está en la competencia para ser nuestro nuevo Alfa. De cualquier manera, merece nuestro respeto."

Ethan se puso de pie, y yo instintivamente di un paso atrás, queriendo ganar tanta distancia entre nosotros como fuera posible. Mi loba había estado callada desde que lo vimos en la villa de Gavin con Irene y me preocupaba que algo pudiera estar seriamente mal con ella, no me había bloqueado desde el día en que Ethan nos rechazó.

"Me disculpo por la intrusión," dijo Ethan, manteniendo esa sonrisa pegada en sus labios mientras me miraba. Sabía que era solo un espectáculo para mi madre porque podía escuchar la amargura dirigida hacia mí en su tono. "Esperaba tener un momento de tu tiempo."

"En tus sueños, Ethan," Le respondí, luego le di la espalda y salí furiosa de la sala de estar.

No iba a darle ni un minuto de mi día. Envolví mis brazos alrededor de mi cuerpo mientras subía las escaleras, pero justo cuando alcancé la puerta y la abrí, sentí una mano en la parte baja de mi espalda, empujándome el resto del camino hacia mi habitación, luego la puerta se cerró.

"No sé a quién intentas engañar, Judy, porque yo no lo creo. Conozco el tipo de persona que eres, y sé qué harías cualquier cosa para ayudar a tu familia, incluso si eso significa acostarte con alguien por un poco de dinero. ¿Por qué no simplemente aceptas mi oferta y terminas con todo esto?"

"Porque no seré tu amante, Ethan," siseé. "Eso es insultante para todos los involucrados, incluida Irene. ¿No te importa ella en absoluto? ¿Cómo puedes pedirme algo así sabiendo que la lastimaría?"

Él puso los ojos en blanco.

"No actúes como si te importara." Replicó.

"Alguien debe preocuparse." Le gruñí.

Dejó escapar una risa sin humor justo antes de agarrarme y acercarme a él, tomándome completamente desprevenida. Envolvió uno de sus brazos alrededor de mis caderas y otro brazo alrededor de mi espalda, presionándome contra su duro pecho. Mi corazón casi salió de mi garganta por el repentino movimiento.

"Solo cállate." Murmuró, luego sus labios chocaron con los míos.

La ira me llenó mientras sus labios se movían contra los míos, su lengua se deslizó por mi labio inferior buscando entrada, pero mantuve mi boca cerrada, negándome a ceder ante él. En un momento, habría sentido las rodillas débiles por su beso y habría cedido de inmediato, pero ahora, solo me sentía asqueada y usada. Ya no tenía la misma sensación de hormigueo recorriéndome que una vez sentí con su toque.