Siete Años para Olvidar romance Capítulo 37

Daisy forzó una sonrisa fingida.

—No es nada, ya entregué lo que traía, así que regreso a la oficina.

Solo quería irse rápido, buscar un lugar donde pudiera comer algo y quitarse el mal sabor de boca que le había dejado todo el asunto.

Oliver probablemente estaba ocupado tratando de quedar bien con su futura suegra, así que ni se molestó en discutir con ella.

Daisy encontró una cafetería cualquiera cerca de ahí y pidió lo primero que vio en el menú.

La comida le alivió un poco la pesadez del estómago, y solo entonces se animó a regresar en carro a Grupo Prestige.

Apenas llegó al estacionamiento, recibió una llamada del hospital.

La persona al otro lado le explicó la situación, y Daisy cambió de expresión al instante.

—Estoy cerca del hospital, llego en un momento.

Se subió al carro a toda prisa y manejó directo al hospital. Apenas bajó, salió corriendo y, al llegar a la entrada, terminó chocando sin querer contra una persona.

Era un hombre de mediana edad, impecablemente vestido con un traje formal y el cabello perfectamente peinado.

Quizá por el golpe, la cara del hombre parecía de piedra, con el ceño bien fruncido.

Daisy solo alcanzó a disculparse rápido antes de irse, pues la urgencia la dominaba.

Y claro, solo se marchó después de asegurarse de que el hombre estaba bien.

Lo que Daisy no supo fue que él se quedó mirando hacia donde ella se había ido, completamente distraído.

No volvió en sí hasta que apareció Vanesa y lo llamó.

—Papá, ¿qué estás viendo? Te llamé varias veces y ni te diste cuenta.

Vanesa se acercó y se colgó de su brazo con cariño.

Al ver a su hija, Gabriel Espinosa suavizó de inmediato el gesto.

—No veía nada importante. ¿Y tú? ¿Por qué bajaste sola?

—Mamá fue la que me mandó, seguro ya te extraña.

—Perdón por haber estado de viaje tanto tiempo, la he tenido muy abandonada —Gabriel bajó la voz, con aire de culpa.

Vanesa intentó tranquilizarlo.

—Mamá entiende, no te preocupes. Vámonos, que seguro ya no aguanta las ganas de verte.

En ese momento, la secretaria entró desde afuera, cargando un ramo de flores.

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