UN BEBÉ PARA NAVIDAD romance Capítulo 143

Los hermanos de Zack, los cuatro, se veían desesperados por cómo se complicaba la situación.

—Mamá se ha quedado con la bebé, ¿verdad? —preguntó Loan inquieto.

Al menos estaba en buenas manos mientras ellos se encargaban de acompañar a Andrea.

—Sí, y ella también ha estado intentando encontrar a Zack toda la noche, pero el condenado ni siquiera responde al teléfono —respondió Chiara.

—Ninguno de sus asistentes en sus muchas sucursales lo ha podido localizar tampoco —agregó Noémi.

Desde que Andrea se había enfermado, todos presentían que las cosas empeorarían si Zack no estaba allí, pero por más que lo habían intentado, ninguno había tenido éxito en hablar con él.

Finalmente, el médico entró en la habitación de Andrea con los resultados de su examen.

—Tiene una fuerte infección bacteriana en los pulmones —les explicó.

—Pero... ¿cómo? ¡La vimos ayer temprano y estaba bien! —se desesperó Milo.

—Quizás pareciera estar bien, pero este tipo de bacterias se incuban por semanas y no se detectan hasta que de repente salen —replicó el médico.

Los hermanos notaron que su rostro reflejaba preocupación.

—¿Qué es lo que no nos está diciendo? —lo increpó Noémi.

—No podemos ponerle los antibióticos que lleva... porque está embarazada.

Los cuatro se quedaron estupefactos mientras un escalofrío les recorría la espalda.

—Tendré que ponerle un tratamiento diferente —dijo el médico—. Pero no puedo garantizar que vaya a funcionar... Ella no está despierta, así que necesito la autorización de un familiar directo para ponerle el tratamiento correcto. ¿Quién es su familiar más cercano?

Las gemelas se miraron, confusas.

—Bueno, nosotros... nosotros todos somos sus cuñados —murmuró Noémi.

—Lo lamento, pero debe ser alguien más cercano. Deben informarle a su esposo de inmediato, lo necesitamos aquí para que autorice. Tienen veinticuatro horas antes de que la situación se vuelva crítica.

El médico salió y ellos se quedaron con los corazones acelerados. Milo apretó una mano de Andrea, que seguía dormida y con fiebre alta.

—¿Quién le va a decir que Zack no está legalmente casado con ella porque Andrea anuló el matrimonio? —murmuró.

—¡Nadie! —intervino Chiara—. ¡Nadie le va a decir eso al médico porque necesitamos que le den lo que sea que la ayude! ¡Lo que hay que hacer es localizar al idiota de Zack, ya mismo!

—¡Por Dios, Ben, acuérdate de algo! —exclamó Chiara desesperada—. ¡Andrea está embarazada, si no lo encontramos Zack no se va a perdonar nunca no estar aquí!

Ben soltó una maldición llena de impotencia, pero a su lado se escuchó otra voz más grave.

—Bueno, quizás nosotros no podamos localizarlo pero... creo que yo conozco a alguien que sí puede —les dijo Gazca.

—¿Quién?

Un pequeño momento de duda del otro lado y el abogado carraspeó.

—Póngase uno solo al teléfono, el que esté dispuesto a viajar para buscar a Zack —pidió.

Loan iba a hacer el gesto, pero Chiara le arrebató el teléfono y salió de la habitación para hablar con el abogado.

—Mi nombre es Chiara Marie Keller, puede hablar conmigo —sentenció con decisión.

—Mire, señorita Keller. El mismo hombre que ayudó a Zack con el desafortunado asunto de Mason Lee tiene recursos ilimitados —le explicó Gazca—. He estado tratando de localizarlo en estos días por asuntos legales y me dijeron que está en un juicio en La Haya. Él tiene cómo encontrar a cualquier persona en el mundo de inmediato.

Chiara le agradeció su recomendación y media hora después ya estaba lista para irse. Nadie dijo ni una palabra, después de todo ella era directora de uno de los consorcios bancarios más grandes de Suiza, así que podía hacer cualquier cosa perfectamente sola.