Entrar Via

De Esposa Desechable a Cirujana Renacida romance Capítulo 236

En ningún momento, la familia Soler miró a Fabián de frente.

Aunque su actitud había sido cortés, nadie le prestó atención.

A Fabián no pareció importarle. Se giró hacia Belén y le dijo con voz suave:

—Te celebraré tu cumpleaños cuando tenga tiempo. Por ahora, tengo que irme.

Belén levantó la vista y le respondió:

—No hace falta.

—Pórtate bien —dijo Fabián, frunciendo el ceño.

Belén lo miró fijamente, con la intención de decir algo más, pero Fabián ya se había dado la vuelta y se dirigía a la caja.

Parecía que iba a pagar la cuenta.

En ese momento, Tobías, que estaba a su lado, lo llamó:

—Señor Fabián, espere un momento.

Fabián se detuvo.

Tobías enarcó una ceja y sonrió.

—Acabo de comprar este restaurante. No hace falta que pague, señor Fabián. La cena corre por mi cuenta.

Fabián no dijo nada más y salió a toda prisa del lugar.

Belén siguió repartiendo el pastel y luego los tenedores.

Eva, con el corazón encogido por su hija, le preguntó con los ojos llorosos:

—Belén, ¿estás bien?

Belén se encogió de hombros con indiferencia.

—Ya estoy acostumbrada.

Sabía que su familia se preocupaba por ella, pero la verdad es que ya no le importaba tanto.

Para demostrarles que estaba bien, trató de animar el ambiente.

—Vamos a comer pastel.

Rosario, con la boca llena de crema, le dijo a Belén con inocencia:

—Tía, tú eres tan buena que seguro vas a encontrar a alguien bueno. Rosa va a tener un tío muy, muy, muy bueno.

Sus palabras hicieron reír a Belén.

Capítulo 236 1

Verify captcha to read the content.VERIFYCAPTCHA_LABEL

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: De Esposa Desechable a Cirujana Renacida