Cuando Belén llegó a la mansión Soler, la casa todavía estaba completamente iluminada.
Al entrar a la sala, vio a Leandro y a Dolores sentados en la mesa del comedor.
Ambos la miraron en cuanto entró.
Belén se acercó a ellos.
—Hermano, cuñada.
Leandro observó a Belén de arriba abajo y, una vez que se aseguró de que estaba bien, le dijo:
—Siéntate.
Belén se sentó junto a Dolores.
Dolores la miró con preocupación.
—¿Ya cenaste?
Belén asintió.
—Sí, ya.
Solo entonces Dolores se tranquilizó.
—Rosa estuvo llorando un buen rato esta noche. Se acaba de cansar de llorar, así que le pedí a una de las empleadas que la llevara a descansar.
Belén sintió una punzada de culpa, pero no supo qué decir.
Debajo de la mesa, Dolores le tomó la mano. Sus dedos estaban helados.
—Gracias por llevar a Rosa a pasear hoy.
Belén negó con la cabeza y sonrió.
—No fue nada. Me hace muy feliz pasar tiempo con ella.
Dolores le dio una palmadita en el dorso de la mano. Aunque no dijo nada, Belén sabía que su cuñada se preocupaba por ella.
Como madre, entendía mejor que nadie el dolor de no ser querida por una hija.
Mientras ellas hablaban, Leandro sacó de algún sitio una tarjeta bancaria. La puso sobre la mesa, la deslizó hacia Belén y dijo:
—Toma, quédate con esta tarjeta. Si el acuerdo de divorcio no avanza, no te aferres a la cuestión de los bienes. La familia Rojas tiene dinero, pero eso no garantiza que te den mucho. En lugar de esperar su limosna, es mejor que renuncies a eso. Cuando te divorcies, tu cuñada y yo te mantendremos, no tendrás que preocuparte por el dinero.
Al oír esto, a Belén se le enrojecieron los ojos al instante.
—No, hermano, no puedo aceptar esta tarjeta. Tengo suficiente dinero para mantenerme.
No había compartido los detalles de su divorcio con su familia, así que no era de extrañar que Leandro pensara que aún no habían redactado el acuerdo.
En realidad, Fabián había sido bastante generoso al ofrecerle mil millones de pesos como compensación.
Al ver que Belén la rechazaba, Dolores le metió la tarjeta en la mano.
—No pienses que es poco. Es un detalle de parte de tu hermano y mío.


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Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: De Esposa Desechable a Cirujana Renacida
Faltan muchos capitulos y a los que hay les falta parte del texto. Asi es imposible. Te gastas dinero para leer u te toman el pelo....