Entrar Via

Deuda de amor romance Capítulo 4

Frida se quedó completamente estupefacta ante el aura imponente de Génova. «¿Sigue siendo la sumisa de mi nuera?».

—¡Ah, ahora entiendo! Solo estabas actuando en el pasado. —Mientras veía el cambio de actitud de Génova, Frida estaba cada vez más indignada; apretó los dientes y la amenazó—: ¡No voy a dejar pasar el incidente de hoy! Se lo contaré a Mauricio y haré que se divorcie de ti. Esta vez, te echaré de la familia, ¡aunque me lo supliques de rodillas!

Sin embargo, Génova se limitó a hacer una mueca despectiva.

—Ah, me olvidé de avisarle antes. Con Mauricio nos divorciamos hace diez minutos, así que, a partir de ahora, no volveré a pisar la residencia Britos, aunque me lo ruegue de rodillas.

«¿Se divorciaron? ¿Recién? ¿Cómo es posible? Esta ignorante se habría aferrado descaradamente a la familia Britos antes, ¿pero ahora se dio por vencida?». Mirándola dubitativa, Frida llamó a Mauricio en ese mismo instante para verificar si lo que le había dicho era cierto.

—¿De verdad te has divorciado, Mauricio?

Mauricio resopló a modo de afirmación, pero tenía el ceño fruncido.

—¿Quién te contó si ocurrió hace un momento?

—¿Quién más podría ser? Me encontré con Génova; e incluso esa z*rra me levantó la voz.

Frida seguía demostrando su furia, pero enseguida esbozó una gran sonrisa al pensar que la pareja se había divorciado de verdad e incluso comenzó a alardear:

—¡Esto es muy bueno! ¡Por fin se divorciaron! ¿Cómo una mujer que no sabía de su historia y que había vivido en un orfanato podría ser digna de mi precioso hijo? Debería haberse alejado hace tiempo...

Mauricio apretó los labios, tenía no estaba entusiasmo como Frida y, de hecho, sentía una inexplicable sensación de enfado y culpabilidad. Antes pensaba que Génova no aceptaría fácilmente el divorcio e incluso había preparado de antemano un acuerdo de tres millones y una mansión. Sin embargo, fue ella quien propuso divorciarse y, además, ni siquiera pidió un centavo como compensación. «Ahora que está divorciada y no tiene dinero ni familia a su lado, ¿cómo sobrevivirá? Bueno, ya vendrá a buscarme cuando no pueda soportarlo más».

Mientras tanto, Génova tomó un taxi hacia la pequeña mansión que tenía con Mauricio; donde estaban los recuerdos amargos y dolorosos de sus últimos tres años. Los recuerdos eran demasiado intensos, tanto que ya no quería pensar en eso. Una vez que llegó, pasó por delante del jardín del patio y se dirigió, de inmediato, al piso de arriba para guardar sus pertenencias. Cuando terminó, no quiso quedarse en la mansión ni un segundo más, pero, desgraciadamente, una hermosa figura en la sala de estar se dio vuelta y la miró en cuanto bajó las escaleras. Era Natasha, con un vestido blanco inmaculado, y sonreía con inocencia.

Capítulo 4 Qué rápido cambias de parecer 1

Verify captcha to read the content.Verifica el captcha para leer el contenido

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Deuda de amor