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El Baile de Despedida del Cisne Cojo romance Capítulo 120

No se había dado cuenta hasta que lo mencionaron. Al oírlo, Estefanía finalmente cayó en cuenta: jamás había aparecido en las publicaciones de Benicio. Nunca. Ni siquiera cuando se casaron, él subió algo.

—Estefanía, ahora todos los del grupo andamos cada quien en su rollo, repartidos por todos lados. Para la próxima reunión, ¡haz que Benicio te lleve! ¿O qué, le da miedo que alguien te robe? —le escribió Jerónimo.

Estefanía sonrió por lo bajo y solo respondió: [Va].

—Oye, tu Benicio volvió a borrar sus publicaciones, ¿qué está jugando o qué? —insistió Jerónimo.

Entró a revisar y efectivamente, Benicio ya había borrado todo. Y claro, fue por su culpa… por andar contestando.

—Estefanía, ¿ya tienen bebé tú y Benicio? No puedo ni imaginarlo, con la pinta de ustedes, ese niño saldría fuera de serie.

Cada mensaje de Jerónimo esa noche le iba calando más hondo. Cada palabra, como una espina que se le enterraba.

Pero no era culpa de Jerónimo.

¿Quién podría imaginarse que un tipo casado anunciaría en sus publicaciones a otra persona?

Estefanía contestó con seriedad: [No, no tenemos bebé].

Ella también había soñado con eso alguna vez…

Soñó con cómo sería el hijo de ella y Benicio, incluso llegó a usar una app para ver cómo se vería el niño, y en ese entonces, toda ilusionada, le mandó la foto a Benicio.

Benicio solo contestó: [Estoy en junta, no me distraigas].

Ella le creyó y hasta se sintió culpable. Pero luego, fue a cerrar las cortinas y lo vio desde la ventana, parado abajo, en el jardín, absorto.

No es que estuviera en junta. Solo no quería regresar a casa antes de tiempo.

Y menos quería hablar de tener hijos.

—Jerónimo, ¿y tú qué tal? ¿En qué andas ahora? —cambió de tema Estefanía, ya no quería seguir hablando de Benicio.

—¿Yo? Pues en la chinga, como burro, ahora trabajo en una constructora, todo el día dibujando planos y en la obra. Estoy de viaje por trabajo, pero a la próxima te busco para vernos.

Estefanía le respondió con un [Va].

—Bueno, ya no te molesto más, no vaya a ser que tu Sr. Benicio se ponga celoso porque interrumpo su luna de miel, jajaja.

—Buenas noches, Jerónimo.

Jerónimo le envió un emoji de buenas noches.

...

La plática con Jerónimo despertó su interés por el mundo de las publicaciones.

En los últimos cinco años, se había aislado por completo, cortó contacto con todos, tanto en persona como en redes sociales.

Ahora, empezó a revisar sus propias listas de publicaciones, a ver qué compartían sus compañeros, y se dio cuenta de que todos llevaban vidas llenas de color.

Sabía bien que nadie tenía una vida perfecta, que cada quien cargaba con sus propios líos, pero al menos todos parecían esforzarse por salir adelante.

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