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El Baile de Despedida del Cisne Cojo romance Capítulo 270

[Los compañeros de clase se pusieron creativos en la sección de comentarios, y enseguida apareció una fila de mensajes: Sr. Benicio, raro verte mostrando cariño.]

[Entre todos, uno rompió la secuencia dejando un comentario: Feliz cumpleaños, Sra. Téllez.]

[De inmediato, se llenó la caja de mensajes con: Feliz cumpleaños, Sra. Téllez.]

[Todo era en tono de juego, un montón de bromas entre amigos.]

[Sólo Diego escribió: ¿Acaso esa persona no tiene nombre? ¿Quién es esa tal Sra. Téllez? ¿No pueden decir feliz cumpleaños, Estefanía?]

[Ese mensaje, en medio de la marea de comentarios idénticos, resaltaba como un faro.]

Jerónimo y Benicio tenían sólo a sus amigos del colegio en común, así que todos los comentarios que veían eran de ese círculo.

Jerónimo le preguntó:

—¿Benicio te encontró?

Estefanía respondió:

—Sí, pero no sé cómo dio conmigo.

Jerónimo le mandó un emoji suspirando.

—Ni idea de qué onda entre ustedes, desde la prepa se notaba que se llevaban bien. Haber llegado hasta hoy no es cualquier cosa, pero bueno, sea lo que sea, yo estoy de tu lado.

Ahora fue Estefanía quien le contestó con una serie de signos de interrogación:

—¿Cuándo en la prepa nos llevamos bien???

¡Si casi ni platicaron! ¿En qué momento se notaba esa supuesta cercanía?

Jerónimo insistió:

—¿A poco no? En ese tiempo todos decían por lo bajo que tú y Benicio andaban.

Estefanía explotó:

—¿¿¿Qué??? ¡Para nada! ¡Eso jamás pasó!

Ella sí había sentido algo por Benicio, lo aceptaba. Pero él siempre había sido distante, hasta indiferente. ¿De dónde había salido ese rumor? Además, en la prepa, si algún chico y alguna chica daban señales de estar juntos, de inmediato les caían las bromas de todos. Incluso si un profe los nombraba juntos, ya era motivo de risas. Pero a ella y Benicio nunca les pasó eso. Nadie se burló jamás.

Pero bueno, todo eso ya era historia. Lo que Benicio fuera o hiciera, ya no le importaba.

Justo cuando estaba por cerrar el tema, Jerónimo lanzó otro comentario:

—¿Benicio sólo ha publicado ese post en toda su vida, verdad?

Y en seguida le mandó la captura de pantalla del perfil completo de Benicio. No mostraba la fecha de publicación, pero sí estaba limpio: sólo una publicación.

Estefanía pensó que esa no era la única. Seguramente había borrado todo lo anterior.

Pero tampoco era nada de lo que valiera la pena hablar. Así que decidió cambiar de tema y fingir que no le importaba.

Jerónimo notó que ella no quería seguir hablando de Benicio y dejó el tema. Luego la felicitó:

—Mientras tú seas feliz, lo demás puede irse al demonio, ¿va?

Estefanía por fin sonrió. Le mandó un gracias y un abrazo virtual.

Durmió como una piedra esa noche.

...

A la mañana siguiente, ya tenían que tomar el barco para dejar Venecia.

En el muelle, todos iban de un lado a otro, apurados, cargando cosas y subiéndolas al barco.

A Estefanía se le dificultaba cargar cosas pesadas, pero como en cada mudanza, ayudaba con objetos ligeros y jamás daba molestias con su equipaje.

Justo cuando empujaba su maleta hacia el barco, una mano se la quitó.

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