Estefanía volvió a encontrarse con Benicio.
Él no lucía bien. Su semblante transmitía cansancio, con ojeras bien marcadas y un aire apagado. Además, traía encima un olor a cigarro que inundaba el ambiente.
De inmediato, Estefanía frunció el ceño.
Benicio, notando su reacción, tosió un par de veces antes de disculparse.
—Perdón. En la mañana vinieron unos clientes a la empresa y terminé fumando varios cigarros.
Dicho esto, llamó a Elvira para que se acercara.
—Ya que estás de vuelta, tú y la abuela necesitan cuidados. Aunque…
Él echó un vistazo a Gilberto antes de seguir hablando.
—Aunque podríamos buscar a alguien nuevo, Elvira ya conoce la casa y antes las cuidó muy bien.
Al ver de nuevo a Elvira, Estefanía sintió una calidez inesperada. Le parecía hasta curioso. Después de cinco años de matrimonio, la persona a quien más confianza le tenía en esa casa no era su esposo, sino la señora que les ayudaba...
Al menos, para este mes que estarían de regreso, si Elvira tenía tiempo y estaba dispuesta, sería lo mejor. Pero si ya tenía otros compromisos, tampoco pensaba forzarla a dejar algo solo por ese corto periodo.
Por eso, Estefanía le preguntó directamente, y Elvira respondió con entusiasmo que sí, que tenía tiempo y que regresaría encantada. Eso la tranquilizó; ya se había acostumbrado a su compañía.
En teoría, después de ver a Elvira, cada quien debía seguir su camino: Estefanía y Gilberto subirían con Elvira a la habitación, y Benicio se iría. Pero Benicio no se movió. Se quedó parado, mirándola fijo.
—Estefanía…
Estefanía suspiró por lo bajo y le dijo a Gilberto:
—Déjame hablar con él un momento.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: El Baile de Despedida del Cisne Cojo
Muy bonita novela desde principio cada capítulo es un suspenso...