Estefanía llevaba varios días sin salir de casa, sobre todo porque quería estar con su abuela.
La abuela acababa de salir del hospital. Aunque cada día se recuperaba un poco más, seguía débil y lo mejor era que descansara tranquila en casa.
Gilberto, por su parte, andaba más ocupado que nunca. Salía temprano y regresaba muy tarde, al punto que casi ni se le veía el pelo. No fue sino hasta el día en que acompañó a la abuela a tramitar la visa, que Estefanía volvió a cruzarse con él.
Gilberto hasta les pidió disculpas a las dos, diciendo que estaba tan atareado que no tenía tiempo para estar con ellas.
—Lo importante es tu trabajo, hijo. Nosotras estamos bien, no te preocupes —respondió la abuela entre risas.
Gilberto aprovechó para mencionar el tema de la cena de la empresa.
—¿Quieren ir? Si te animas, Estefanía, el señor Mateo puede traerte un vestido y accesorios más tarde, para que los pruebes.
La abuela negó con la cabeza, siempre sonriendo.
—Yo paso, ya no estoy para esas fiestas. Mejor pregúntale a Fani si quiere ir a distraerse un rato.
Estefanía se quedó pensativa. Era la primera vez que su primo estaba en el país, probablemente no conocía bien las costumbres del lugar. Además, siendo él el anfitrión, tal vez necesitaba que ella lo acompañara. Pero… ¿y si su pie hacía que quedaran en ridículo?
Después de dudarlo un momento, al final aceptó con decisión. Si su primo se lo estaba proponiendo, era porque quería que fuera, así que lo acompañaría.
Gilberto se notó contento con la respuesta.
—Perfecto, entonces le diré al señor Mateo que te traiga el vestido… —pero tras pensarlo un poco, añadió—. No, mejor no. Mañana te acompaño yo a comprar uno, no confío mucho en el gusto del señor Mateo para elegir ropa de mujer.
Estefanía no pudo evitar soltar una sonrisita y asintió con energía. Además, así podría aprovechar para ir al Estudio Creativo Rubén y saludar a viejos amigos.
...
Mientras tanto, en la oficina de Benicio, estaban reunidos Gregorio y Ernesto. El tema era la primera gran cena organizada por la empresa Gabriel en Puerto Maristes.
—Van a ir todos los importantes, y nuestra empresa también recibió invitación —comentó Gregorio, visiblemente emocionado.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: El Baile de Despedida del Cisne Cojo
Muy bonita novela desde principio cada capítulo es un suspenso...