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El Día que Murió Nuestra Hija, Él le Puso el Anillo a Otra romance Capítulo 3

Patricia se sentó en el borde de la cama, su rostro surcado por la preocupación. Tomó la mano de Alejandra entre las suyas. Sus palmas eran suaves, cálidas, ignorantes de la sangre y el dolor que las manos de su hija recordaban.

—Mi niña, de verdad que nos tenías con el alma en un hilo.-

Alejandra la dejó hablar. La voz de su madre era un murmullo ansioso, las mismas frases que había escuchado tantas veces.

—Ricardo ha estado tan preocupado por ti. No se separó de tu puerta en toda la noche.

Al escuchar ese nombre, un escalofrío recorrió la espalda de Alejandra, pero su rostro permaneció impasible. Ricardo. Su salvador. Su carcelero. El hombre que la destruiría.

—Él cree que todo esto es por el estrés de los estudios, por la presión. Dice que tiene un plan maravilloso para tu futuro, algo que te ayudará a relajarte y a… florecer.

El tono de su madre se volvió más brillante, más emocionado, recitando un guion que claramente no era suyo.

—Ricardo cree que un cambio de aires te hará bien. Ha arreglado todo para que asistas a la mejor escuela de señoritas de Suiza. ¡Imagínatelo, Ale!

Su madre le apretó la mano, sus ojos brillando.

—Aprenderás francés, protocolo, historia del arte… Te convertirás en una dama digna de tu posición. Una verdadera dama Estevez. ¿No es maravilloso? Es tan considerado.

En la mente de Alejandra, el recuerdo la golpeó con la nitidez de un cristal roto.

Se vio a sí misma, a los dieciocho años, en esa misma habitación, escuchando esas mismas palabras. Recordó la gratitud abrumadora que había sentido. Ricardo, su prometido, el hombre que la había sacado de la pobreza tras la muerte de su padre, ahora le regalaba el mundo.

Capítulo 3 1

Capítulo 3 2

Capítulo 3 3

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