Entrar Via

El Valiente Renacer de una Madre Soltera romance Capítulo 127

Jaime abrió la boca como si quisiera decir algo, pero al ver el perfil tranquilo de la mujer, con la cabeza baja, se tragó las palabras y guardó silencio.

Cuando finalmente llegaron a Villas del Monte Verde, el sol ya comenzaba a ocultarse.

Sofía miró la hora en su celular y se sintió aliviada.

Aún no era tarde, Santiago probablemente seguía en la oficina.

Aunque había aceptado regresar a Villas del Monte Verde, en el fondo, enfrentarse a Santiago era como intentar cruzar una barrera imposible.

Pero apenas empujó la puerta, se topó de frente con un pecho ancho cubierto por un impecable traje negro.

—Ya le pedí a los empleados que dejaran tu cuarto listo —dijo Santiago mientras abría más la puerta y tomaba sin dudar el equipaje que Jaime llevaba.

El cuerpo de Sofía se tensó de manera automática.

Le lanzó una mirada extraña a Santiago.

¿No se suponía que él debería estar todavía resolviendo asuntos en la oficina a esta hora?

Santiago apenas movió los labios, notando su confusión, pero no explicó nada. Sin decir palabra, caminó directo hacia la sala, su figura alta y segura llenando el espacio.

Sofía lo siguió, casi en silencio.

Bea, que hasta ese momento había estado medio dormida en sus brazos, despertó y abrió los ojos grandes y curiosos, explorando el lugar. Aunque ya había estado antes, la niña se seguía maravillando con cada detalle.

Y es que Villas del Monte Verde era tan grande que cada paso revelaba algo nuevo, mostrando el lujo y la opulencia en cada rincón.

—Arréglate y baja cuando estés lista. Te espero para cenar —anunció Santiago, dejando el equipaje frente a la puerta del cuarto de Sofía. No entró, solo se quedó ahí un segundo antes de marcharse.

Sofía tampoco perdió tiempo y contestó con un leve “ok” antes de meterse al cuarto.

Apenas abrió la puerta, un suave aroma a jazmín la envolvió.

Sofía, con Bea todavía en brazos, se detuvo por un instante. No pudo evitar que los recuerdos de aquel último día hace un año, cuando dejó Villas del Monte Verde, la invadieran de nuevo.

El lugar era el mismo, pero lo que sentía ahora era totalmente distinto.

La nostalgia apretó su pecho y sintió una punzada de tristeza.

Quizá percibiendo el bajón de ánimo de su madre, Bea alzó la mano y acarició suavemente la mejilla de Sofía.

Ese gesto derritió el hielo en su corazón; Sofía se inclinó para que la niña la tocara mejor.

Bea, feliz de alcanzar su objetivo, soltó una risita tan clara como campanillas, llenando el cuarto de alegría y borrando cualquier rastro de soledad. Sofía también sintió cómo algo dentro de ella se acomodaba, dándole paz.

Sacudió los recuerdos, abrió la maleta y empezó a buscar la ropa de ambas para acomodarla en el armario.

Pero apenas lo abrió, se topó con una fila de ropa de bebé completamente nueva, de marcas costosas.

Sofía parpadeó, sorprendida, y tomó una prenda. El material era tan suave que de inmediato supo cuánto valía.

Como si sospechara algo, abrió la otra puerta del armario.

Ahí encontró ropa de mujer, moderna, hecha a medida.

Solo esa selección superaba el millón de pesos.

¿Todo esto… lo había preparado Santiago?

Capítulo 127 1

Capítulo 127 2

Verify captcha to read the content.Verifica el captcha para leer el contenido

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: El Valiente Renacer de una Madre Soltera