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El Valiente Renacer de una Madre Soltera romance Capítulo 191

—Dr. Gil— esas palabras salieron de los labios de Sofía con un matiz tan suave que era difícil de describir.

Marcos le lanzó una mirada de reproche.

¿Entre ellos había confianza suficiente como para andar con esas formalidades? Al final, se portaba toda educada.

Sofía estaba de buen humor. De manera inusual, se animó a hacer una broma. Al encontrarse con la mirada agraviada de Marcos, apenas pudo aguantarse la risa y arqueó una ceja con picardía.

Las miradas iban y venían entre los dos, y eso no pasó desapercibido para Olivia, cuyo semblante se oscureció de golpe. Bajó la cabeza y dejó que sus gafas gruesas se deslizaran un poco, ocultando gran parte de su rostro.

—Dr. Gil, esto es el informe del laboratorio que acaban de traer de abajo.

Subió un poco la voz y le pasó el informe a Marcos.

La actitud directa de Olivia hizo que Marcos frunciera el entrecejo, pero no dijo nada. Solo extendió la mano y tomó el informe.

—Ya entendí, puedes regresar.

Olivia, sin embargo, no se movió. Parecía que sus piernas se hubieran quedado clavadas al piso.

Sin levantar la cabeza, insistió con terquedad:

—El director quiere que lo revise cuanto antes y que le dé una respuesta.

El comportamiento extraño de Olivia ese día hizo que Marcos la mirara un par de veces más de lo habitual.

Al notar la atención de Marcos, Olivia se tensó todavía más, retorciendo nerviosa las manos.

Sofía miró a ambos y fue la primera en romper el silencio:

—Si tienes que hacer algo, adelante. Ya está oscureciendo y yo también debo apurarme para regresar.

—Perfecto, te espero la próxima vez que vengas.

Marcos apretó los labios, pero cuando miró a Sofía, su expresión se suavizó, mostrando un lado amable que Olivia nunca antes había visto en él.

Sofía tomó a Bea de los brazos de Marcos y se marchó a paso firme.

Ya casi era de noche y el viento soplaba de vez en cuando, haciendo que la falda de Sofía ondeara como una flor de lirio en pleno apogeo, acentuando su figura esbelta y su andar elegante.

En los ojos de Olivia cruzó rápidamente una sombra de sentimientos oscuros y complejos; la envidia brotaba en su corazón como una espina.

Sin Sofía presente, Marcos volvió a su actitud seria y reservada.

Revisó el informe por encima y miró de reojo a Olivia, pero no dijo palabra y se dirigió con paso rápido hacia el laboratorio.

Olivia, inexpresiva, lo siguió sin decir nada.

...

Sofía volvió a subir al carro de Marcos. Para ese momento, el chofer ya se sentía con la confianza suficiente para platicar con ella.

—Señorita Rojas, ¿usted acaba de divorciarse?

El chofer conocía bien el carácter de su jefe y nunca lo había visto tan pendiente de alguien.

Sofía tardó un instante en responder, pero luego volvió a mostrar una sonrisa apacible:

—Mi esposo falleció.

El chofer se quedó pasmado y luego, con un acento torpe en el idioma de Nueva Castilla, soltó una disculpa.

...

En el aire flotó el murmullo ronco de un hombre.

Isidora sentía el corazón a punto de salírsele; su cara estaba tan roja que parecía a punto de explotar.

Con timidez, acercó el rostro y acarició con ternura el pecho de Santiago.

—Santi, Isi está aquí.

El roce del cabello de ella en su mejilla hizo que Santiago entrecerrara los ojos, medio dormido, medio despierto. Por un momento, creyó ver a Sofía muy cerca.

Se tensó de golpe y apretó a Isidora con fuerza.

...

La voz grave del hombre apenas logró articular una palabra, pero bastó para hacer que Isidora temblara de emoción. Levantó la mirada y se topó de lleno con Sofía, que estaba a poca distancia.

Los pasos de Sofía se oían clarito; Isidora siempre supo en qué momento había llegado.

Sofía permanecía casi oculta en la penumbra, mientras que Isidora y Santiago quedaban bañados por la luz tenue de una lámpara, que les daba un aire de complicidad.

La mirada desafiante de Isidora no pasó desapercibida para Sofía.

—¡Clac!—

Con el rostro serio, Sofía encendió la luz principal, iluminando toda la sala.

La luz blanca, intensa como el sol, dejó al descubierto hasta el polvo de las esquinas.

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