Narrador Omnipresente
El enojo invade a Alessandro quien siente que la presión sanguínea va a causar que su cabeza explote. Enojado, regresa a mi oficina para tomar las llaves de su auto e ir tras la osada secretaria que se atrevió a escapar.
Alessandro, ¿realmente vas a actuar así? Creí que me habías llamado para recordar viejos tiempos y vas a enfocarte en la inútil de tu secretaria — se queja.
Te llamé para el negocio. Pero, ahora no puedo atenderte. Tengo algo importante que hablar con mi secretaria. — dice Alessandro tomando su saco, llaves del auto y teléfono.
De inmediato, llama a recursos humanos y pide la dirección de Kim mientras la mujer, va tras él enojada por su acritud.
Alessandro, soy una mujer ocupada. Si vine aquí fue para aprovechar mi tiempo libre. Pero si vas a tratarme así, no voy a volver a atender tu llamado, por más que seas insistente — le amenaza la mujer.
Está bien, señorita Jones. Lo que sea que desee hablar con su empresa, lo hablaré con su vicepresidente o su padre. Que tenga buen día — dice Alessandro entrando al ascensor camino a la casa de Kim.
De inmediato, subió a su auto y manejó rumbo a su apartamento, donde llamó con insistencia a su puerta.
¡Kim Morgan, debes saber que no voy a permitir que te salgas con la tuya! ¡Así me toque derribar la puerta, voy a hacerte hablar conmigo! — grita Alessandro molesto mientras golpea la puerta — ¡Kim, realmente voy a derribar la puerta! — grita enojado
Señor, cálmese un poco — comenta una señora que vive al lado de Kim.
¿Sabe si ya llego la mujer que vive aquí? — pregunta intentando mantener la calma que no posee.
Aquí vive la ex pareja de Kim. Ella se mudó hace días después de descubrir a su pareja siéndole infiel. Ahora, es él quien vive allí y ha convertido este pasillo en una pasarela de mujeres raras. — dice la señora Anna, quien sabe todo lo que pasa en el lugar.
¿Sabe dónde puede estar ella? — pregunta Alessandro.
Kim, no tiene familia. Solo una amiga, si no está viviendo sola, debió ir a su departamento.
¿Sabe cómo se llama su amiga?
Se apellida Parker, trabaja en el hospital de fertilidad Sloan como ginecóloga, lo sé por el uniforme con el que venía a visitarla. No porque este averiguando la vida de quien viene aquí. — aclara la señora.
Bien, gracias. — dice Alessandro marchándose.
De nada, presidente Delacroix — dice la mujer haciendo que se detenga Alessandro.
Yo no tengo uniforme, señora…
Anna. No necesita uniforme, su rostro ha salido en varias noticias. Que tenga buena noche, presidente Delacroix. — se despide la mujer y Alessandro se marcha mientras llama al hospital, para conseguir la información de la única ginecóloga que se apellida Parker.
El hospital, de inmediato le da la información de contacto de Lu, mientras ella ha salido rumbo a su casa. Alessandro, enciende su auto y maneja a toda velocidad hacia la dirección que le han dado. Estando el vigilante, debe registrarse para entrar
Vengo a visitar a Kim Morgan, ella vive en el apartamento de Lucía Parker, ¿Puedo ingresar?
Lo siento, pero no me han informado de alguna visita y no está en la lista de las personas a las que puedo permitirle el acceso. — comenta el vigilante
¡Kim! — grita Alessandro llegando al apartamento que nota a la perfección cual es al ver como de la puerta cerrada sale humo
Kim, quien estaba a punto de perder la consciencia, logró escuchar la voz de su jefe y con voz temblorosa mientras su cuerpo sudaba por completo, susurro.
Sálvame, salva a nuestro bebé, por favor. — susurro antes de que el asombro de la situación y el golpe de calor, la llevarán a la inconsciencia.
Alessandro, no alcanzó a escuchar su suplica por el ruido de los vecinos preocupados por ello, pero no necesitaba la misma cuando sabía que debía salvarla.
¡Si estás cerca de la puerta, aléjate porque voy a derribarla! — grita Alessandro.
La puerta estaba caliente, pero, eso no le importó y con un golpe certero, golpeó la puerta con el costado de su brazo, haciendo crujir la madera.
El golpe le alcanzó a quemar levemente su brazo, pero eso a él no le importó y siguió golpeando con su brazo y pies, hasta que finalmente derribo la puerta, permitiendo que el calor del apartamento junto con las llamas, se mostrarán.
Las llamas ardían con fuerza y el calor era insoportable al punto que Alessandro cubrió levemente su rostro para poder divisar el interior del apartamento. Fue allí cuando la vio y tomando el extintor, quitó su seguro y empezó a descargar su contenido, pero de este no salió algo.
El vigilante, tomo el mismo e intento hacerlo funcionar, pero no servía, estaba vencido y sin algo que puede salir para apaciguar el fuego. Por lo que, por más que lo intentarán, no había manera de que funcionarán.
Lo siento, no se compró otro porque se creía que servía. — se disculpa el vigilante mientras Alessandro, hace una nota mental de quien culpará si algo le sucede a su secretaria e hijo.
Eta claro que ese accidente iba a causar que varias cabezas rodarán. Eso estaba más que seguro.

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