Los estudios estaban saliendo, las noticias buenas con respecto a la salud de Kim no se hicieron esperar y ahora, debían hacer una ecografía, para ver cómo está el bebé. Como la ginecóloga aún no había llegado y ella no tenía síntomas de aborto, nadie había hecho exámenes al bebé en específico.
Por lo que, cuando llegó la ginecóloga, lo primero que trajeron fue el ultrasonido para hacerle una ecografía tras vaginal. De inmediato, Kim intento levantarse, pero Alessandro negó.
No te desesperes, todo va a estar bien. — susurra.
Bien, futuros padres. Ya me dieron información de su caso. Yo soy la ginecóloga Laura Shepherd y estaré revisando si este pequeño susto ha molestado al bebé. Dígame, ¿Cuánta semanas tiene?
Hace dos semanas me robo el esperma. ¿Sería ese el tiempo? — pregunta Alessandro causando que Kim se sonrojara avergonzada y sorprendiera a la ginecóloga.
B-bueno, no. Ese no es el tiempo. En el embarazo, se calcula el tiempo desde el último periodo y no, desde el momento de fecundación. — dice la ginecóloga avergonzada por la información de concepción un tanto inusual.
Fue hace tres semanas. — informa Kim y la doctora asiente.
Bien, definitivamente nos iremos por la ecografía tras vaginal. Así, miraremos como va todo sin problemas. Ahora, señora Delacroix, por favor, suba a está silla. Así podrá estar más cómoda durante el examen — dice la ginecóloga causando que Alessandro y Kim se sienta incómodos por como la llamo.
En cambio, Lucía, aplaudía sin hacer sonido y le levantaba el pulgar a su amiga manifestándole que ya había ganado en esta disputa al ser nombrada la señora Delacroix y que Alessandro, no corrigiera a la doctora.
La doctora, prepara el equipo y colocando el preservativo en el mismo, con un poco de gel, introduce el mismo en el interior de Kim causando que ella gima incómoda ante el contacto.
¿Es normal que ella haga ese gesto y sonido? — pregunta Alessandro preocupado.
Vaya esposo tan atento tiene, señora Delacroix. — susurra la ginecóloga adentrando el objeto, haciendo que ella emita un sonido de incomodidad ante la invasión — Pero, si es normal.
>> El gel es frío e introducir el instrumento, genera cierto fastidio o molestia por la invasión. — explica la ginecóloga a Alessandro para después dirigirse a Kim — Intente relajarse, señora Delacroix. Así sentirá menos la molestia
Entiendo.
Me alegra que hayan vuelto a estar juntos. Escuche que se habían divorciado. Pero sin duda, si lo habían hecho, ese divorcio quedará anulado con este bebé — dice la ginecóloga y es el doctor Lewis quien se acerca a explicarle la situación al oído. Por lo que, ella abre sus ojos asombradas y carraspea la garganta — Aquí está el pequeño — dice señalando un pequeño bulto en la pantalla.
Alessandro, Kim y Lucía, se concentran en la imagen mientras ven como el pequeño bulto se encuentra cómodo en su ahora hogar.
De acuerdo con lo que veo, el bebé se encuentra en perfectas condiciones — murmura la ginecóloga causando que los padres, suspiren aliviados — De todas maneras, le realizaré otros estudios para saber cómo va el bebé y le daré las vitaminas y demás medicamentos que debe tomar para que el bebé crezca bien.
Pero, está bien, ¿verdad? — pregunta Kim y la doctora sonriendo asiente.
El bebé está tranquilo. Pueda que haya sentido la preocupación de su madre, pero, ahora, está tranquilo. Nada de lo que pasó, le afectó considerablemente. — explica la ginecóloga y ella asiste feliz.
Gracias a Dios.
De todas maneras, espero que esto no vuelva a pasar. Ya que, no podemos tentar la buena suerte. Señora… Morgan, sería bueno que se cuide mucho a partir de ahora. Es su primer embarazo y debe tener cuidado por eso.
Sí, doctora. Tendré cuidado.
Me aseguraré de que tenga cuidado. — responde Alessandro.
La ginecóloga retira la herramienta y se marcha ordenando los estudios que deben hacerle. Al estar aliviados porque todo está bien con ambos, las preguntas comienzan a surgir.
¿Qué pasó en ese apartamento, señorita Morgan? — pregunta Alessandro y ella muestra enojo al recordarlo.
Fue Dante — dice mirando a Lucía
Mucho maldito hijo de… — dice Lucía.
¿Quién es Dante?
Mi expareja. — responde Kim — Cuando llegué al apartamento, lo encontré en el baño. Me dijo que debía pagar la humillación que le había hecho por divulgar su infidelidad y con ello, haber espantado a sus conquistas y chequeras humanas. — comenta Kim.
Lo siento, fui yo quien hizo eso. — dice Lucía arrepentida y ello, causa enojo en Alessandro.
Por hacer tonterías que no van a hacerlo cambiar, pusiste en riesgo a mi hijo. — dice Alessandro molesto.
No he almorzado, iré a comer algo. Ahora vuelvo — dice Lucía huyendo del lugar. Kim, al no poder escapar, suspira profundo reuniendo todo el valor posible y espera el ataque de su jefe.
Señorita Morgan.
¿Sí, señor Delacroix?
¿Sabes al peligro que estuviste expuesta hoy? — pregunta Alessandro y ella asiente.
Lo sé y realmente, lo siento
No debiste irte de la oficina. Si no hubieses hecho eso, tu no hubieses caído en la trampa de tu expareja. — comenta Alessandro Delacroix
No estaba al tanto de su plan. Además, eventualmente iría al departamento. Por lo que, esto no habría podido evitarse. Quizás, pudo haber sido peor, al tener más tiempo para planearlo. — comenta Kim.
Eso no lo sabemos. Pero el punto aquí es, que ya no puedes estar sola. Tienes enemigos que quieren hacerte daño y por eso, no es bueno que el bebé lo tengas tú cuando nazca.
¿Qué dices?
Ahora es imposible que no lo tengas. Pero, mientas el bebé nace, me gustaría que estuvieras en una clínica de reposo y después del parto, me des a mi hijo. — comenta Alessandro mientras la mente de Kim hace corto circuito.
¿Qué me acabas de decir?
Lo que acabas de escuchar. Quiero que apenas nazca el bebé, me lo entreguen y desaparezcas de nuestras vidas. Tenía pensado alquilar el vientre de una mujer con la muestra de esperma. Pero en vista que te adelantaste, me gustaría que solo cambiará de portadora y no del método en sí para ser padre.
Usted…
Quiero que me alquiles tu vientre y cuando nazca, me entregues a mi hijo. Te aseguro que te pagaré muy bien. — dice Alessandro mientras la sangre de Kim se calienta.
‘¿Realmente él cree aún que yo venderé mi hijo?’ se pregunta Kim mentalmente

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