—Qué aburrido eres —Frida rodó los ojos con fastidio—. ¿No puedes al menos darme una pizca de esperanza?
Tomás soltó un suspiro, clavando los ojos en Frida.
—Bueno, si el resultado de la prueba es el de tu sobrina Karla, entonces te casas conmigo y me das un hijo.
Frida lo miró con desconfianza.
—¿No irás a manipular el resultado del examen de ADN, verdad?
La mirada de Tomás se volvió profunda; parecía que podía ver a través de ella.
—¿Tú crees que bromeo con lo que más te importa?
Frida, sintiéndose culpable, le rodeó el cuello con los brazos en un gesto zalamero.
—Tranquilo, no era mi intención decir eso.
...
Tomás siempre terminaba cediendo ante ella. Desde el primer día en que la conoció, sentía que Frida tenía la capacidad de leerlo y controlarlo a su antojo.
...
En el departamento de Agustín.
Fabiola salió del baño, se tiró sobre la cama y se abrazó el vientre, perdida en sus pensamientos.
¿De verdad tenía un bebé dentro de ella?
Había buscado en internet y ahí decía que, al momento de la implantación, a veces se sangraba un poquito.
Eso quería decir que aquel día, no era que le había bajado, sino que estaba embarazada.
Sintió cómo el calor le subía hasta las orejas, y se hundió debajo de las cobijas, rodando de un lado a otro.
No podía creer que realmente estuviera embarazada.
Agustín salió del baño justo cuando la vio moverse en la cama como una oruga inquieta.
Él sonrió y se sentó a su lado.
—Cancelé parte del trabajo, esta semana me quedo en casa contigo. En una semana te acompaño a hacerte el análisis de sangre.
Agustín no pensaba dejarla sola ni un momento. Sabía que estos días tenía que estar con ella.
Por otro lado, Karla y Paulina seguían haciendo de las suyas. Aunque la situación de la empresa de Héctor tenía entretenida a Paulina, Karla seguía buscando problemas sin parar.


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