Florecer en Cenizas romance Capítulo 495

—Héctor, deja que el abuelo decida como quiera, no te preocupes por eso —la voz del señor Serrano sonó grave, y al terminar, se apartó de Héctor sin mirarlo más.

Todos en la sala evitaron tanto a Héctor como a Paulina, como si los dos fueran completos extraños.

Paulina se quedó inmóvil, como si la hubiera alcanzado un rayo. ¿Cómo podía ser posible? ¿El abuelo quería que Fabiola se casara con Fabián? ¿Con qué derecho?

Fabián... si llegaba a casarse con la heredera de la familia Barrera, sería casi imposible convencerlo de abandonar esa posición.

No, eso jamás podía suceder. No podía permitir que Fabián y Fabiola terminaran juntos.

Apretando los dientes, Paulina sacó su celular y le escribió a Violeta Montes. Las dos habían estado peleando por Fabián, pero ahora que Fabián iba a casarse con Fabiola, lo mejor era que Violeta centrara su atención en esa rival.

[En este momento, no tiene caso que sigamos peleando entre nosotras. Lo importante es unir fuerzas contra Fabiola.]

Violeta respondió de inmediato.

[¿Y por qué? Esa tipa que creció en un orfanato, ¿qué se cree? ¿De verdad piensa que puede con nosotras?]

Quedaba claro, ambas estaban de acuerdo. Ahora, su objetivo era Fabiola.

...

El abuelo, desde la sala de urgencias, le dio a Fabiola y Fabián algunas instrucciones finales sobre el futuro. Pronto, ya no pudo más y cayó dormido. Al final, se fue de este mundo en ese sueño profundo, sin demasiada agonía.

Fabiola se quedó sentada en el pasillo por horas. Sentía todo el cuerpo entumecido, como si la pena la hubiera dejado vacía.

Fabián estaba arriba, platicando con los demás familiares y ejecutivos, organizando los detalles tras la muerte del abuelo. Todos iban y venían, ocupados. Sólo Fabiola sentía que el mundo entero se había quedado en silencio.

Las últimas palabras del abuelo resonaban en su mente: “Naciste en la familia Barrera, necesitas tener mano firme... no puedes ser blanda”.

A decir verdad, Fabiola siempre había sido demasiado suave. El abuelo nunca dejó de preocuparse por si ella sería capaz de controlar a los demás dentro del grupo.

Incluso, el abuelo tampoco confiaba por completo en Fabián.

Sabía que cualquiera podía traicionar. Solo si Fabiola se volvía fuerte podría asegurarse un lugar en la cima.

Ella acababa de regresar a la familia Barrera y el abuelo, ya muy enfermo, sólo había podido prepararle el camino hasta cierto punto.

Las personas son impredecibles. Aunque el abuelo dejó instrucciones claras a todos sus leales para que ayudaran a Fabiola después de su partida, si la estructura de poder dentro de la empresa cambiaba, cualquiera podría traicionarla.