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Florecer en Cenizas romance Capítulo 82

—Si el abuelo llega a necesitar algo, no va a buscarte a ti primero, va a venir conmigo. Así que cualquier cosa, yo la voy a resolver por ti. Solo tienes que confiar en mí sin dudar —explicó Agustín con voz firme.

Fabiola asintió en silencio.

El carro se detuvo en el patio descuidado del orfanato. Los niños jugaban en donde antes había una cancha de básquetbol, corriendo y gritando, llenos de energía.

Los que se quedaban en este orfanato, la mayoría habían sido abandonados por algún problema de salud o discapacidad. Encontrarles una familia adoptiva era poco menos que imposible, así que su única opción era quedarse ahí hasta que la vida les diera otra oportunidad.

Incluso algunos que ya habían pasado los dieciocho seguían ahí, porque no sabían cómo enfrentarse al mundo. Alejandra, incapaz de echarlos a la calle, prefería mantenerlos bajo su cuidado.

El orfanato se había convertido en el único hogar de esos niños.

—¡Fabiola regresó! —gritó emocionada Marisol desde la cocina, apenas vio a Fabiola entrar.

Enseguida, Alejandra bajó apresurada con otros maestros.

—Sra. Alejandra —la voz de Fabiola se quebró al llamarla.

Pensándolo bien, desde que se había ido a la universidad... ya llevaba casi cuatro años sin volver. Todo ese tiempo solo se comunicaban por WhatsApp o por llamadas rápidas.

Sebastián jamás la acompañaría de regreso al orfanato, y el pasaje de Costa Esmeralda a Pueblo del Viento era caro. Fabiola prefería mandarles dinero y evitar el viaje.

—Sra. Alejandra, ¿todo está bien aquí en el orfanato? —preguntó Fabiola, abrazando a la directora.

Alejandra le dio unas palmadas cariñosas en la espalda y sonrió.

—Sí, aquí todo va bien. Ya salieron los papeles para la reconstrucción del orfanato. Al principio parecía que no íbamos a conseguir el dinero para arrancar y nos iban a cerrar, pero... el Grupo Lucero, a través de su fundación, vino a apoyarnos.

La voz de Alejandra se quebró de emoción.

Por fin, después de tanto sufrimiento, parecía que la suerte comenzaba a cambiar.

Fabiola miró agradecida a Agustín.

—Sra. Alejandra, él es Agustín, el presidente del Grupo Lucero.

Alejandra, sin poder contener la emoción, se volvió hacia Agustín.

Capítulo 82 1

Capítulo 82 2

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