La Genio Anónima: Mi Esposo Firmó el Divorcio Sin Saber Quién Soy romance Capítulo 101

David Romero guio a Camila a través del salón silencioso, plenamente consciente del impacto que estaban causando.

Se detuvieron a platicar con un grupo de inversores.

—Camila es el cerebro detrás de nuestra nueva arquitectura de IA —dijo David en voz alta, asegurándose de que los que estaban cerca lo oyeran—. Sin ella, el contrato con el gobierno nunca habría sido posible. Axon AI es su visión.

Al otro lado del salón, Santiago Herrera soltó una risa burlona.

—¿La escuchaste? "Su visión" —le dijo a Rodrigo Ibáñez—. Romero está completamente ciego de amor. Haría cualquier cosa para hacerla quedar bien.

—Es patético —convino Rodrigo—. Le regala el crédito de su trabajo para inflar su ego. ¿De verdad alguien cree que esa mujer podría dirigir un proyecto de esa magnitud?

Valeria, de pie junto a Alejandro, escuchó los comentarios y una sonrisa de alivio se dibujó en sus labios. Miró a Alejandro, esperando ver una reacción de desdén, pero el rostro de él era inescrutable. Su mirada estaba fija en el fondo del salón, pero no en Camila.

Sin embargo, el alivio de Valeria fue efímero. Notó que la atención de Fernando Beltrán no estaba en la conversación de su grupo. Sus ojos estaban fijos en Camila, con una intensidad y una admiración que no pasaron desapercibidas.

Una nueva punzada de inquietud la recorrió.

Rodrigo, todavía furioso por el rechazo de Axon AI, se acercó a David.

—Romero —dijo, su tono era agresivo—. Me enteré de que le diste nuestro contrato a Beltrán. ¿Puedo saber por qué?

David lo miró con calma.

—Su propuesta era mejor.

—¡Mentira! ¡La nuestra era más lucrativa! ¡Esto es por ella, ¿verdad?! —espetó, lanzando una mirada a Camila—. ¡Estás mezclando los negocios con el placer!

—Tienes razón —respondió David, su voz era un témpano de hielo—. Fue por ella. La propuesta de Fernando era mejor porque él nos trató a ambos con respeto. Tú no. En Axon AI no hacemos negocios con gente que insulta a mi socia.

Se dio la vuelta, dejando a Rodrigo rojo de ira.