Entrar Via

La Genio Anónima: Mi Esposo Firmó el Divorcio Sin Saber Quién Soy romance Capítulo 102

—¿Me concedes esta pieza?

La voz de David Romero sacó a Camila de sus pensamientos. Le ofrecía la mano, su rostro sereno contrastaba con el drama que los rodeaba.

—Creí que no bailabas —respondió ella, tomando su mano.

—Hay excepciones para todo —dijo él, guiándola hacia la pista de baile.

Se movían con una facilidad sorprendente. David era un bailarín competente y seguro, liderando con una mano firme en su espalda. No era un baile apasionado, sino uno de compañerismo y respeto. Eran socios, en los negocios y, en ese momento, en la pista.

Desde su mesa, Alejandro los observaba por el rabillo del ojo mientras le sonreía a Valeria.

—Parece que tu exesposa se está divirtiendo —comentó Valeria, su voz teñida de veneno.

—Que lo haga —respondió Alejandro con indiferencia, dando un sorbo a su champán—. No es mi problema.

Pero sus dedos tamborileaban sobre la mesa, un gesto casi imperceptible de impaciencia.

La canción terminó y David acompañó a Camila de vuelta al borde de la pista.

Justo cuando iban a retirarse, Gabriel Corcuera se acercó a ellos. A su lado, una hermosa joven lo miraba con adoración.

—Señorita Elizalde —dijo la joven, su voz era dulce pero firme—. Mi nombre es Lorena. Soy la prometida del señor Corcuera. ¿Le importaría si le robo a su pareja de baile por una pieza?

La petición era inusual y audaz.

Gabriel Corcuera miró a su prometida, luego a Camila, y una leve sonrisa de diversión apareció en sus labios.

—Me temo que la señorita Elizalde no es mi pareja —aclaró, su voz era tranquila—. Pero la pregunta sigue en pie. ¿Me permitiría, señorita Elizalde?

Era una invitación elegante, casi imposible de rechazar. Camila asintió.

En el momento en que la mano de Gabriel tocó la suya, la atmósfera en la pista de baile cambió.

Si su baile con David había sido de compañerismo, este era pura elegancia. Gabriel era un bailarín excepcional, y juntos se deslizaban sobre el mármol como si hubieran nacido para ello. Su altura y la de ella eran perfectas. El verde jade del vestido de Camila y el negro impecable del esmoquin de Gabriel creaban una imagen de sofisticación absoluta.

Nuestro precio es solo 1/4 del de otros proveedores

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: La Genio Anónima: Mi Esposo Firmó el Divorcio Sin Saber Quién Soy