La Traición en Vísperas de la Boda romance Capítulo 15

Renata mordió con suavidad la comisura de sus labios, luego, casi sin que nadie lo notara, jaló la manga de Joaquín y negó con la cabeza.

Joaquín tenía el gesto duro e impasible.

Petra observó el gesto contenido de Renata, y una media sonrisa burlona se dibujó en sus labios. No perdió tiempo en palabras inútiles; simplemente, recogió todos los artículos de la subasta y se marchó con paso firme, acompañada de su séquito.

Al salir del salón, Petra le entregó los objetos a Belinda para que se encargara de ellos.

Belinda miró los artículos apilados en la cajuela de su carro y alzó una ceja con escepticismo.

—¿Tienes problemas de dinero últimamente?

Primero quería vender las acciones de Nexus Dynamics, y ahora también estos artículos de valor.

Petra negó con la cabeza y, en voz baja, explicó:

—Mi hermana solo me dio un mes para solucionar todo lo de aquí, y ya solo me quedan quince días.

Quince días, y ella esperaba que en su cuenta solo quedara una cifra insignificante para poder regresar a San Miguel Antiguo sin ataduras, con la frente en alto.

De todos los objetos de la subasta, Petra se quedó únicamente con el brazalete de jade que Joaquín había pedido expresamente.

...

Ya entrada la noche, Joaquín apareció en la casa de la abuela de Petra, cargando varias cajas de las galletas que le gustaban a la señora en vida.

Petra lo miró acercarse y ofrecerle las galletas, su expresión tan distante como siempre.

Joaquín, con las galletas en la mano, pasó junto a ella y entró al lugar, bajando la voz mientras hablaba.

—¿La abuela ya se fue a dormir? ¿Ha estado bien de salud últimamente?

Petra se limitó a observarlo. El leve asomo de preocupación en el rostro de Joaquín no le provocaba ni el más ligero temblor en la mirada; al contrario, sus ojos se volvían cada vez más fríos.

Joaquín se dio cuenta del cambio en su actitud y bajó aún más la voz, como si temiera molestar a la anciana.

—Petra, ya te lo he dicho: entre ella y yo no hay absolutamente nada. Nuestra boda es en dos semanas, no quiero que por una persona así terminemos peleando tú y yo. En cuanto termine este proyecto, la voy a sacar del equipo, ¿te parece?

Petra soltó, sin el menor titubeo:

—Vaya, parece que la señorita Renata sí que tiene talento.

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