Emiliano mantenía el gesto impasible, claramente viendo que Petra no tenía intención de platicar con él en serio. Así que fue directo al grano, sin rodeos.
—La última vez no querías que comprara acciones de Nexus Dynamics, ¿verdad? Yo puedo ayudarte. Puedo hacerte la mayor accionista de Nexus Dynamics.
Petra ni siquiera parpadeó, respondió sin inmutarse.
—Ahora mismo ya soy la mayor accionista de Nexus Dynamics.
Emiliano no se dejó intimidar.
—Puede que seas la mayor accionista, pero hasta donde sé, Joaquín tiene mucho más peso en la empresa que tú. Además, casi todo el equipo directivo y los demás accionistas están de su lado.
Petra giró su silla de oficina, ahora mirándolo de frente, de manera desafiante.
—Veo que investigaste bastante.
Emiliano notó una chispa de interés en sus ojos, así que continuó.
—Si compro las acciones de Nexus Dynamics y me uno contigo, podemos sacar a Joaquín y a su gente. Así, tú seguirías teniendo el control absoluto de la compañía. Papá sólo tendría unas cuantas acciones para recibir sus dividendos, y Lionel Calvo entraría con un puesto en la empresa. ¿Qué te parece?
Petra negó con la cabeza sin dudar.
—No me interesa.
Emiliano apretó la mandíbula, la frustración le tensaba el cuello.
—Si te paso el 5% de las acciones de manera gratuita, como compensación por todos estos años, ¿aceptarías?
Petra volvió a negar, sin mostrar ni una pizca de vacilación.
A Emiliano se le agotaba la paciencia. La miró con una mezcla de enojo y fastidio.
—Entonces, ¿qué es lo que quieres?
Petra apretó los labios y sonrió, con ese aire confiado que tanto le desesperaba.
—Llegaste demasiado tarde. Las acciones de Nexus Dynamics ya fueron vendidas.
El rostro de Emiliano cambió de inmediato, la sorpresa y el enojo se mezclaron en sus facciones.
—¿Quién las compró?
Petra soltó un suspiro, como si ya no valiera la pena discutirlo.
—Eso es confidencial de la empresa. No puedo decírtelo.
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