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Me perteneces, pequeña romance Capítulo 7

CAPÍTULO 06

Abro los ojos porque no entiendo ¿Sergei es el tío de Erick? Eso quiere decir que él y Alexander Russo son hermano. ¡Esto es tan retorcido! El hombre delante de mí sabía quien era yo desde el justo momento en que le dije por primera vez mi nombre. ¿Pero que es lo que te guardas? ¿Hasta donde quieres llegar? Mi boca está seca y el dolor de cabeza no me deja pensar con claridad. Siento que me falta el aire, así que retiro mi chamarra de mi cuerpo para que el oxígeno me circule mejor.

Aprieto mis piernas cuando mi bilis sube hasta mi garganta, miro hacia mi escritorio recordando que la prueba de embarazo ha quedado dentro de mi bolso y ruedo los ojos al percatarme que he sido demasiado descuidada. Tuve sexo sin protección y con alguien que ahora resultó ser el tío perdido de uno de mis primos. ¡Estoy de maravilla, joder!

—Dara,—Erick me llama, sus ojos verdes como los del abuelo me miran con algo de angustia—¿Estás bien? Te veo algo pálida… La fiesta de anoche te dejó jodida…—camino hasta mi escritorio para firmar algunos papeles y decido ignorarlos a ambos—¡¿Ahora que hice?!—pregunta el castaño alterado—¡Ash! No puedo creer que sigas con la misma niñería de cuando éramos pequeños. Que me ignores no arreglará tus problemas.

Tuerzo la boca y levanto la mirada hacia ambos—¿Se pueden ir de mi oficina?—mi primo entre abre la boca—Tengo cosas más importantes que hacer que estar pendiente a un Russo...—alzo la mano haciendo una señal de despido pero ninguno de los dos se mueven—¿La estupidez viene de familia?—tiro los papeles a un lado y me cruzo de brazos.

—Dara…—pronuncia mi nombre Erick en son de advertencia—Estás pasando la línea…—niego con la cabeza. Guardo lo que necesito en mi bolsa y camino hacia la puerta para marcharme. Sergei agarra mi mano y me suelto bramándole para que no se le ocurra volver a tocarme. Lo aniquilo con los ojos y salgo de allí echando humos.

No voy a caer en el juego del italiano, abro la puerta de mi coche que se encuentra en el estacionamiento subterráneo de la empresa y me largo de aquí con mi corazón latiendo por millón. Al llegar a casa; Chaina y Maya me están esperando. En sus rostros puedo ver que ya saben todo lo que sucedió hoy durante la junta. Me tiro en mi sofá y muerdo uno de los cojines. Estoy tan frustrada y enojada conmigo misma.

—Pero, ¿No lo recuerdas?—cuestiona mi mejor amiga—Algunas vez tuviste que haberlo visto en una reunión familiar. Alguien tuvo que hablar de él en algún momento. Pero la cuestión aquí es ¿Por qué se acostó contigo sabiendo que eras la nieta de Miguel?—eso mismo lo quiero saber yo. Mi teléfono vibra y como si las cosas no hubiesen estado peor, mamá me acaba de informar que hay cena hoy en la casa del abuelo para celebrar la bienvenida del tío Sergei…

Le muestro el mensaje a las chicas y han tenido la misma reacción que yo. Estoy tan agitada que decido irme hacia la cocina y beber una copa entera de vino tinto que termino dejando a un lado cuando Maya me grita que no puedo tomar alcohol cuando tengo una sospecha de embarazo. Es que la vida es tan injusta conmigo. He querido joderle la vida a Liam y he terminado jodida yo.

Me siento en el borde de mi cama con el paquete de test de embarazo en mis manos. Si esto sale positivo, mis padres me van a matar y de paso matan a Prieto. Una vez escuché que el abuelo Miguel estuvo en contra de la relación de mi tía Gabrielle con Izan y ahora no quiero saber que pasará si se enteran de que un Russo me desvirgó.

Hundo mi rostro en mis manos, ¿Qué está sucediendo con mi vida? Siempre fui alguien que sabía tomar decisiones. Que pensaba las cosas con cabeza fría y no se dejaba llevar por sentimientos triviales. Pero Liam hizo que mi corazón se llenara de rencor y lo único que deseaba era la venganza. Voy hasta mi closet y saco un vestido sencillo negro, me hago una coleta alta y busco un par de zapatos cómodos. Agarro las llaves de mi coche y me dispongo a ir a la casa del abuelo con los papeles que me solicitó que le trajera. Veo el auto del tío Izan y a punto de parquear el de Alexander Russo.

Salgo de mi auto sin dirigirle la palabra a ninguno, escucho a Emilia decir que soy una altanera y alzo la mano para sacarles el dedo del medio. Una de las empleadas de la mansión de Miguel me indica que todos me están esperando en el comedor. Lo primero que veo y me repugna es ver a Sergei beber una copa de whisky mientras que se ríe a carcajadas con mi padre como si nada hubiese pasado entre nosotros dos. Carraspeo la garganta para que sepan que ya estoy aquí.

El italiano no disimula en verme de arriba hacia abajo con tanta perversión, se relame los labios para pegar su boca en el borde del vaso con su bebida. Mi abuela me da un beso en la mejilla y yo se lo devuelvo sin dejar de mirar a ese bastardo.

Capítulo 7 ¡Abuelo me has puesto en la boca del lobo! 1

Capítulo 7 ¡Abuelo me has puesto en la boca del lobo! 2

Capítulo 7 ¡Abuelo me has puesto en la boca del lobo! 3

—¡Mierda!—masculla entre dientes y adolorido. Me bajo de donde me había alzado, acomodo mi vestido y lo empujo para salir con rapidez de allí. Mi corazón se quiere salir de mi pecho; pero debo controlarme antes de que alguien se dé cuenta. Me posiciono en uno de los asientos de la mesa, Emilia me mira con los ojos entre cerrados y sonrío con arrogancia de vuelta.

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