Resumo de Capítulo 114 – ¡Por favor, sé mi pareja! por Internet
Em Capítulo 114, um capítulo marcante do aclamado romance de Hombre lobo ¡Por favor, sé mi pareja!, escrito por Internet, os leitores são levados mais fundo em uma trama repleta de emoção, conflito e transformação. Este capítulo apresenta desenvolvimentos essenciais e reviravoltas que o tornam leitura obrigatória. Seja você um novo leitor ou um fã fiel, esta parte oferece momentos inesquecíveis que definem a essência de ¡Por favor, sé mi pareja!.
“¿Y quién crees que sea esa persona?”, preguntó la Emma falsa mientras íbamos camino a las mazmorras.
“No lo sé, los hombres de Zaden la capturaron”.
“¿Así que es una mujer?”.
“Sí”.
“¿Crees que querrá ayudarnos?”.
“No necesito que quiera nada, la haremos hablar”.
“¿Cómo?”.
“La torturaremos hasta que nos suplique que la matemos o que confiese”.
Podía sentir cómo su corazón se aceleró al escuchar mis palabras y su cuerpo se tensó.
“No sabes lo que te espera”, dije para mis adentros.
Antes de llegar a las mazmorras, le pedí que me esperara en la tercera celda, que era donde interrogábamos a los prisioneros.
“Zaden, prepárate”. Lo alerté a través de la conexión mental.
“Entendido”, respondió.
Cuando entré en las mazmorras, la Emma falsa me estaba esperando a mí y a los demás dentro de la celda.
¡Qué est*pida!
Entré de puntillas a la habitación sin hacer ningún ruido y la encerré dentro. Cuando escuchó el sonido del seguro, se dio la vuelta y preguntó: “Riven, ¿qué haces? ¿Qué clase de broma enfermiza es esta?”.
“Querida, no es ninguna broma. Dijiste que querías pasar tiempo conmigo, así que te daré toda mi atención y tiempo”.
“¿Por qué haces esto?”.
“¿No lo sabes? Deberías saberlo”.
“No… No sé de qué hablas”.
Suspiré.
“Respuesta incorrecta”.
Como si fuera una señal, Zaden entró con mi mejor amiga y su compañero.
Me abalancé sobre ella de inmediato y le di un fuerte abrazo.
“Me alegro mucho de que estés bien”, dije aliviada.
“Es gracias a ti, gracias”, respondió mi mejor amiga, que me adoraba.
Retrocedí un paso para ver bien su cara. Tenía la cabeza vendada y su ojo izquierdo estaba un poco hinchado.
“No te preocupes, tengo una sorpresa para ti”, comenté.
“¡Qué bueno! Eso me gusta. Es la primera vez que me das una sorpresa, será mejor que sea algo bueno”.
Puse los ojos en blanco al verla tan emocionada y tiré de ella al interior de la celda.
“Emma, te presento a la Emma falsa”.
La expresión de la impostora era cómica. Ella no esperaba que esto sucediera.
¡Me hacía feliz verla así!
“Supongo que ahora sabes por qué estás aquí, ¿verdad? Entonces, dime, querida, ¿vas a mostrarme tu verdadera cara o tal vez deba destrozarla por completo?”.
Se quedó en silencio.
“¡Vamos! Respóndeme mientras sigo siendo amable. Sabemos que eres una bruja, así que solo cuentas con tus hechizos y pócimas para defenderte, y no puedes usar ninguno en este momento. Por lo tanto, no nos costará nada usar nuestros métodos de tortura contigo”.
“No sé qué quieres de mí”.
Cogí su cara con mis garras extendidas y apreté con fuerza.
“No me gustó tu respuesta. ¿Quieres intentarlo otra vez?”.
“Me… Me dio unas hierbas. Que-quería que te las diera antes de que durmieras”.
“¿Qué tipo de hierbas?”.
“No tengo ni idea. No me explicó para que eran”. Iba a golpearla de nuevo, pero siguió hablando. “Te… te juro que no sé para qué sirven. Solo me dijo que te las diera y no cuestioné sus órdenes”.
Sabía que decía la verdad, pero no me sentía satisfecha. Mi loba quería sangre y una sensación de calor en mi interior amenazaba con quemarme viva. Estaba sudando y mi corazón latía muy rápido. La apreté más fuerte a medida que mi magia tomaba forma propia. Entró a la fuerza dentro de ella y causó que convulsionara de manera violenta mientras la mantenía paralizada en su lugar.
“Escúchame bien, p*rra. Vas a entregarle un mensaje a tu maestra. Nadie se mete conmigo ni con mis amigos. Si vuelve a intentar algo así, quemaré su cuerpo hasta mandar su alma al infierno por toda la eternidad”.
La solté y retrocedí. De lo contrario, terminaría matándola y no quería tomar la vida de nadie, al menos no todavía.
Dejé a Emma en las mazmorras para que hiciera el resto del trabajo y Lorcan la acompañó.
“¿Riven?”. Zaden me llamó desde atrás. “¿Pu-puedes dormir en nuestra habitación esta noche?”.
Tartamudeó y sus mejillas tenían un ligero tono rosa.
“Zaden, no…”.
“Sé que todavía no estás lista para darme otra oportunidad, pero mi lobo y yo nos sentiríamos más cómodos si te quedas a nuestro lado”.
Entendía su miedo. Desde el momento en que había regresado, me había dicho de más de una manera que no quería volver a perderme.
“Vale, pero déjame ir por algo de ropa”.
“¡No, por favor! Bueno, puedes usar algo mío”.
Me sentía cansada y perturbada, así que cedí a sus demandas. Al menos esta vez me había pedido permiso.
“Vale”.
Comentários
Os comentários dos leitores sobre o romance: ¡Por favor, sé mi pareja!