Resumo do capítulo Capítulo 134 de ¡Por favor, sé mi pareja!
Neste capítulo de destaque do romance Hombre lobo ¡Por favor, sé mi pareja!, Internet apresenta novos desafios, emoções intensas e avanços na história que prendem o leitor do início ao fim.
Punto de vista de Riven
Al día siguiente
Noté que Caleb había estado callado todo este tiempo. Me parecía extraño. No estaba segura de qué pasaba con él, pero, fuera lo que fuera, me hacía sentir nerviosa.
“¿Por qué no nos relajamos y vemos la televisión en la sala de videovigilancia?”, preguntó Zaden.
Sabía lo que estaba intentando. Después de que se fueron, toqué a Caleb en el brazo para indicarle que quería que se diera la vuelta. Parecía sorprendido. “¿En qué te puedo ayudar, Riven?”.
“Nada, solo me preguntaba si había algo que pudiera hacer por ti. Pareces un poco distraído”.
Me sonrió. “Estoy bien, gracias. Parece que pasaron muchas cosas mientras estábamos fuera, yo debería preguntarte si estás bien”.
Me reí un poco. Podía sentir a Zaden escondido al otro lado de la puerta en el pasillo.
“No tienes que preocuparte por mí, ya conoces a Zaden y a los demás, sé que me protegerán a toda costa”.
Asintió y Zaden asomó la cabeza por la puerta. “¿No vais a venir?”.
Levanté las manos para indicarle a Caleb que iría detrás de él. Cuando llegué al lado de Zaden, enganché mi brazo con el suyo y le hablé a través de la conexión mental.
“No sé qué sucede, pero pasa algo raro con Caleb. No es el mismo de siempre”.
Apretó mis brazos con su mano libre mientras respondía en su mente: “Tienes razón. Hay unas cuantas cosas que solo alguien muy observador podría notar. La forma en que camina, cómo habla e incluso olvidó cómo llegar al comedor. Caleb ha estado aquí casi todos los días desde que llegaron”.
Pensé en lo que me acababa de decir. Había notado el cambio en su forma de hablar y que no sabía dónde estaba el comedor, pero no me había dado cuenta de que caminaba diferente.
“Pero no quiero sacar conclusiones precipitadas porque es el compañero de una de tus mejores amigas”.
Dejamos de hablar del tema porque llegamos a la sala de videovigilancia y teníamos que prestarles atención a nuestros invitados. Lillian estaba sentada en una silla pequeña en una esquina cerca de la entrada de la habitación, mirando por la ventana hacia el patio delantero. Estaba cumpliendo su promesa de mantener la distancia. Por otro lado, Lorcan se había acomodado sobre el sofá y estaba estirado, buscando entre los canales con el control remoto. Caleb estaba de pie frente a los monitores de seguridad con Wendy detrás de él abrazándolo de la cintura. Damon le dio una palmada en los hombros y le preguntó: “¿Estás bien?”.
“Sí, estoy bien”.
“Disculpe, caballero, me gustaría robarle a mi mejor amiga por un minuto”, le dije.
Wendy me sonrió y se puso de puntillas para darle un beso en la mejilla a Caleb. “No tardaré”.
Él le sonrió, pero no tenía la misma pasión por ella que siempre había mostrado. A Wendy parecía no importarle o tal vez no se había dado cuenta, así que lo dejé pasar. Tomé su mano, la llevé a mi estudio, que Zaden me había preparado de sorpresa, y abrí la puerta.
“¡Vaya! ¡¿Zaden hizo todo esto?!”.
“Sí y en una sola noche”.
Se rio.
“Así que por fin arreglasteis vuestros problemas. Después de todo, esto no es para un uso temporal, es para que lo uses de manera permanente”.
“Sí, lo marqué y terminamos el proceso de apareamiento”. Me sonrojé.
“¡Vaya, amiga! ¡Incluso te sonrojas y todo! Me alegro por ti, Riven”.
“Gracias. Hablando de eso, ¿cómo estáis tú y Caleb?”.
Respondió un poco distraída: “¿Mmm? Ah, estamos bien, supongo”.
No era una respuesta que Wendy me daría. Insistí un poco más. “¿Solo bien?”. Se giró para mirarme y noté que estaba al borde de las lágrimas. De inmediato, cerré la puerta para que pudiéramos tener algo de privacidad.
“¿Qué ocurre?”.
“Creo que Caleb me está engañando o al menos lo hizo mientras estábamos en Blue Crystal”.
No podía negar que algo andaba mal con él, pero no me imaginaba a Caleb engañando a Wendy. Estaba loco por ella.
“Pero eso es imposible, Wen. Él te ama más que a cualquier otra cosa en el mundo. ¿Sentiste algún tipo de dolor mientras estabais ahí?”.
Ella sacudió la cabeza.
“Eso quiere decir que no te engañó. Si lo hubiera hecho, lo habrías sentido en todo tu cuerpo”.
“Pero ¿por qué me dijiste caramelo?”, pregunté.
“Porque eres como un caramelo”, respondió Damon.
“¿Cómo?”.
“Bueno, los caramelos son dulces, pero, si comes demasiados, pueden causar caries”, respondió Liam.
“No entiendo”.
“Porque no eres tan inteligente”, comentó él mismo.
“¡Sí, claro!”.
“Creo que todos podemos unirnos al entrenamiento”, dijo Liam.
“Entonces, deberíamos comenzar ahora, ¿por qué esperar hasta mañana?”.
“Porque Cole y Kyle están ocupados con los guerreros. Empezaremos mañana después de haber descansado”, respondió Damon.
“Caleb, ¿por qué Wendy y tú no habláis con el vampiro y la otra bruja para que se unan a nosotros en el entrenamiento de mañana? Cuantos más seamos, será mejor. Además, decidles que vengan, es hora de que los conozcamos”, dijo Zaden.
“Si queréis, podéis faltar al entrenamiento. Estoy segura de que os morís por pasar un buen rato a solas”, les dije con un guiño y Wendy se sonrojó.
Quería que se fueran para poder explicarle la situación a los demás. Wendy todavía se sentía un poco cansada, así que aceptó la oferta. Los acompañé a la puerta y les indiqué que me llamaran cuando llegaran a la casa de huéspedes y cuando se despertaran. Wendy se despidió diciendo una tontería de que yo era demasiado paranoica. Odiaba dejarla a solas con él, pero no estábamos seguros de nada en este momento y no quería arriesgarme a lastimarla sin saber lo que estaba pasando ni tener pruebas. Tampoco quería poner en riesgo a Caleb porque no estamos seguros de dónde se encontraba en este momento.
Esperamos a que se fueran y, después de cerrar la puerta detrás de ellos, volteé hacia Zaden. “¿También instalaste cámaras en la casa de huéspedes?”.
Sonrió.
“Tus amigos viven ahí, Riven. Sé que su seguridad es importante para ti, así que por supuesto que también instalé cámaras ahí”.
Solté un suspiro que no sabía que había estado conteniendo. Me sentía agradecida de que Zaden siempre estuviera un paso adelante.
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