¡Por favor, sé mi pareja! romance Capítulo 146

Punto de vista de Riven

Zaden y yo estábamos casi listos cuando, de repente, Lorcan gritó desde la escalera para avisarnos que nuestros invitados habían llegado.

“¡Vale, Lorcan, gracias! ¡Bajaremos en un momento!”, grité en respuesta. Giré hacia Zaden y pregunté: “¿Estoy presentable como para ellos?”.

Sentí el calor de su mirada sobre mí y supe que le gustaba mi elección de ropa. Tenía miedo de que mi falda vaquera y mi camiseta corta color verde fueran demasiado reveladoras para los Alfas. No obstante, él me aseguró que lo que llevaba puesto era algo normal para nuestros invitados. No estaba segura de a qué se refería con esto, pero estaba a punto de averiguarlo.

Mis botas hicieron que bajar las escaleras fuera un poco complicado al principio. Cuando era una niña, era muy torpe y parecía que acababa de regresar a mi infancia con estas botas. Zaden me sujetó mientras bajábamos las escaleras tomados del brazo. Justo entonces, Jameson y su compañera llamaron a la puerta principal, y Lorcan abrió para darles la bienvenida.

“Bienvenidos a nuestra manada, Alfa Jameson y Luna Imara”, saludó el Beta.

El hombre que cruzó la puerta no se parecía en nada a lo que esperaba. Pensé que conocería a otro Zaden o Lorcan. En cambio, un hombre de piel un poco más oscura saludó a mi compañero. Jameson era tan musculoso como Zaden, pero tenía algunas cicatrices que arruinaban su cuerpo que alguna vez fue perfecto. Además de las marcas que adornaban sus brazos y piernas, su característica más llamativa eran sus ojos. Cualquiera se sentiría afortunado si los veía después de haber observado todo su cuerpo. Su ojo derecho era de un impactante azul claro y el izquierdo era de un profundo verde esmeralda.

Por otro lado, la Luna Imara era lo opuesto a su compañero. Ella estaba de pie a su lado y él parecía un gigante en comparación a su cuerpo delgado. Si bien era pequeña, sabía que no debía suponer su fuerza solo por su tamaño. Se notaba que, debajo de su piel blanca y pálida, había un físico tonificado que gritaba: “¡Juega conmigo y te mataré!”. Incluso tenía la sensación de que su belleza la había ayudado a ganar algunas batallas. Llevaba lo que parecía ser un sujetador de cuero marrón y una minifalda del mismo material, que hacía juego con un par de sandalias de gladiador que le llegaban hasta los muslos.

“Gracias por la invitación, Zaden. Me alegro de verte de nuevo. Lamento habernos perdido la coronación de tu Luna, por eso vine antes esta vez”, dijo Jameson. Su fuerte acento francés parecía fuera de lugar viniendo del hombre que estaba frente a nosotros.

“Gracias por recibirnos”. La voz de la Luna Imara era suave e infantil, y era una completa contradicción con su apariencia ruda.

Zaden y Lorcan se turnaron para estrechar las manos de nuestros invitados. Luego mi compañero me indicó que me acercara.

“Me gustaría presentaros a mi hermosa esposa”, me presentó ante ellos.

Extendí mi mano a Jameson primero y noté cómo ambos invitados abrieron los ojos como platos al ver mis moretones. Sabía que él quería decir algo al respecto, pero preferí quedarme en silencio por ahora. Aceptó mi mano por cortesía, pero la Luna Imara no lo hizo, lo que no le gustó a Zaden. Lo sostuve del brazo para tranquilizarlo. No sabía por qué estaban actuando así, solo eran moretones.

“Encantado de conocerte, Luna Riven”, dijo el Alfa Jameson y asintió. “Debo admitir que es agradable ver una sonrisa en el rostro de mi primo”, añadió mientras que Imara me miraba como si me estuviera analizando.

“Jameson, Imara, ¿os gustaría venir con nosotros a la otra habitación? Tenemos mucho de qué hablar”. Zaden interrumpió porque sintió mi creciente irritación hacia Imara.

Lorcan se adelantó y nos llevó a la sala de videovigilancia.

“Después de usted, bella dama”. Jameson extendió su brazo como si estuviera abriendo una puerta para mí.

“Gracias”, respondí y entramos en la sala de videovigilancia.

Lorcan llevó a Imara a una de las sillas reclinables marrones frente al sofá y me guiñó un ojo. La sentó lo más lejos posible de mí a propósito. Aprecié que lo hiciera. Jameson aceptó la silla reclinable a la izquierda de su compañera mientras que Zaden y yo nos sentamos en el sofá, y Lorcan se acomodó a mi lado en un sillón con los pies apoyados sobre un taburete que hacía juego con el resto de los muebles.

“Algo me dice que queréis hablar de otra cosa además de vuestro matrimonio”, Jameson habló primero mientras dirigía su mirada a mí.

“Sí, no podía explicártelo todo en una llamada. Tienes que saber algunas cosas”, respondió Zaden con lo que sonaba como irritación.

¿Qué diablos estaba pasando? No entendía por qué ambos invitados me miraban como si fuera un problema de matemáticas que resolver.

No pude seguir evitando el tema, así que interrumpí y dije: “Disculpad, no quiero ser grosera, pero es demasiado obvio que sentís curiosidad por mis moretones. ¿Qué sucede? ¿Por qué me miráis así?”.

Jameson permaneció en silencio, pero Imara respondió: “¿Por qué continuáis en esta relación si no sois felices juntos? ¿Estáis tan desesperados?”, preguntó con un tono de burla.

Esta mujer solo había estado en nuestra casa por menos de cinco minutos y ya estaba lista para mandarla al siguiente siglo de una bofetada.

“Disculpa, ¿a qué te refieres?”, pregunté con amabilidad o al menos eso intenté.

Resopló. “No te hagas la inocente, es obvio que Zaden te golpea. Para ser sincera, no me sorprende por la reputación que tiene”.

Me quedé impactada. Ellos pensaban que mi relación con Zaden era abusiva.