Resumo de Capítulo 149 – Uma virada em ¡Por favor, sé mi pareja! de Internet
Capítulo 149 mergulha o leitor em uma jornada emocional dentro do universo de ¡Por favor, sé mi pareja!, escrito por Internet. Com traços marcantes da literatura Hombre lobo, este capítulo oferece um equilíbrio entre sentimento, tensão e revelações. Ideal para quem busca profundidade narrativa e conexões humanas reais.
Punto de vista de Riven
Los presentes en la habitación entendieron mi frustración y mi miedo, así que traté de controlar mis emociones. De todos modos, ya estaba acostumbrada. Todos me decían que mi abuela no sería tan osada como para actuar tan pronto después de mi advertencia, al menos no por ahora. No obstante, no iba a subestimarla y, a decir verdad, todos me estaban irritando.
Lillian trató de tocarme, pero no la dejé. Todavía me sentía muy emocional y no podía permitir que leyera mi mente.
De repente, la voz de Zaden resonó en mi cabeza: “Solo quiero que mañana sea un día especial en medio de todo este caos y que celebremos que por fin serás mi esposa. No permitiré que Delisia tenga el poder para arruinar esto para nosotros”.
Asentí y salí de la habitación no sin antes decirles a todos que iría a correr un momento.
Sabían que necesitaba mi espacio, por lo que no se opusieron.
Salí con un movimiento rápido y me transformé en el aire. Rhea cayó de pie fuera de la casa de la manada y corrí lejos de todos ellos en dirección a las fronteras. Un momento después, un lobo negro apareció corriendo a mi lado, frotándose contra mi pelaje azul marino. Me dio un golpecito en la oreja con una actitud juguetona y yo ladré. Cuando estábamos solo nosotros dos, el Alfa y la Luna podían ser tan juguetones como quisiéramos. Corrimos, nos perseguimos, jugamos y peleamos. Aunque él nunca lo admitiría, me dejó ganar a propósito. Cuando por fin nos cansamos, mi pelaje estaba cubierto de barro, tierra y hojas.
Sin embargo, no me importaba y a él tampoco. Estaba agradecida de que estuviera aquí conmigo para distraer mi mente. De lo contrario, habría marchado hacia el aquelarre de Blue Crystal y habría matado a Delisia con mis propias manos.
Nos quedamos desnudos en la orilla del lago con nuestra ropa tirada alrededor. Ninguno de nosotros intentó moverse para recogerla. Nos sentíamos contentos donde estábamos en este momento, en los brazos del otro. Apoyé mi cabeza en su pecho con los ojos cerrados. Zaden se acostó bocarriba con un brazo a mi alrededor, acariciando mi cabello hacia atrás con lentitud. Su otra mano estaba sobre la mía mientras dormíamos. Deseaba que pudiéramos tener más días como este, pero tendría que esperar a que todo esto terminara.
Delisia debía estar loca si pensaba que elegiría entre uno de ellos.
“Deberíamos volver. Ya es medianoche y no puedo esperar para hacerte mía”. Zaden por fin rompió el silencio entre nosotros.
Suspiré. “Lo sé. Solo necesito unos minutos más así, por favor”.
“Claro”.
Después de un tiempo, nos separamos el uno del otro, tomamos nuestra ropa, que estaba escondida en los árboles, y nos vestimos de mala gana.
Habíamos pasado una noche inocente juntos, tan solo abrazados. El contacto entre nuestra piel nos hizo sentir mucho más tranquilos que el contacto normal. Sostuvo mi mano y comenzamos a caminar a casa.
Delisia me conocía demasiado bien para alguien que nunca me había visto en persona. Estaba segura de que sus secuaces estaban acechando alrededor del territorio de la manada. Había sentido su presencia, pero los había dejado en paz porque necesitaba que ella pensara que estaba ganando. Sabía que tan solo estaba tratando de molestarme, pero no reaccionaría tan pronto.
Si iba a atacar, sería con un plan, no con un ataque sin sentido.
“Deberías ir a nuestra habitación y tomar una siesta, la necesitas”, recomendó Zaden.
“Pero…”.
“Sin peros, Riven. Ya nos hemos encargado de todo y los preparativos están listos. Ahora, solo necesitas relajarte y pensar en mí”. Me besó en la frente y se alejó.
Tenía razón, este era nuestro día. Solo me concentraría en nuestra boda. Él se fue a su estudio y yo a nuestra habitación…
La noche lucía hermosa con las estrellas brillando con intensidad en el cielo. Dirigí mi mirada de la ventana a las chicas y pregunté: “¿Cómo me veo?”. Mickey sonrió con dulzura y respondió: “Nunca he visto una novia más hermosa”.
Ella estaba al borde de las lágrimas, al igual que las demás.
“¿Deberíamos comenzar?”.
Tomé sus brazos para que me ayudara a salir de la habitación y bajar las escaleras hasta la puerta del patio.
Nos detuvimos para que yo pudiera respirar y Mickey se tomó este tiempo para ajustar la cola de mi vestido. Luego volvió a mi lado y me dijo: “Te veré abajo”.
La música comenzó, por lo que Mickey bajó la colina al lado de su compañero, que había estado esperando justo afuera de la puerta. Iban a paso lento en dirección a la multitud y al altar.
“Cuando entré en la habitación, te vi gritando y agitada, así que traté de despertarte. Luego dejaste de respirar. ¡Juro por la Diosa de la Luna que parecía que tu corazón dejó de latir!”.
No podía aguantar escuchar el miedo en su voz. No sabía qué estaba pasando, pero, fuera lo que fuera, lo había asustado casi tanto como mi pesadilla me había asustado a mí. Él estaba intentando bloquear sus emociones para que no las sintiera, pero eran demasiado fuertes. Era como si se estuvieran filtrando por las grietas de la puerta imaginaria en nuestras mentes. Tomé su mano y la sostuve contra mi pecho.
“Estoy bien, mi corazón sigue latiendo”.
“Estoy seguro de que tu corazón dejó de latir porque el mío casi se detuvo también”.
Un momento, ¡¿qué?!
“¿Eso es posible?”, pregunté con evidente miedo en mi voz.
Supe la respuesta a mi pregunta cuando me devolvió la mirada.
“Creo que Delisia planea hacer algo grande hoy. Debe saber sobre nuestra boda”, comentó.
“Entonces, estaremos listos para ella. Ya lo dije antes, no volveré a perder a nadie”, respondí mientras sostenía y acariciaba su mano con mis dedos.
“Trae a nuestros familiares más cercanos. Vamos a hacerlo ahora”.
Ni siquiera tuve tiempo de ponerme mi vestido, así que corrí a buscar algo para cambiarme de ropa.
“Esto será suficiente”. Tomé un vestido blanco con los hombros descubiertos que tenía un cinturón con flores estampadas y me cambié a toda prisa. Tal vez tendríamos que adelantar la ceremonia, pero esto no significaba que iba a comenzar mi matrimonio besando a mi esposo con mal aliento.
[N. del A.: Perdón por cortar este capítulo en este punto, pero estoy tratando de preparar un final espectacular y no quiero interrumpirlo. Por favor, hacedme saber lo que pensáis de esta boda rápida. Gracias y feliz lectura].
Comentários
Os comentários dos leitores sobre o romance: ¡Por favor, sé mi pareja!