Resumo do capítulo Capítulo 153 de ¡Por favor, sé mi pareja!
Neste capítulo de destaque do romance Hombre lobo ¡Por favor, sé mi pareja!, Internet apresenta novos desafios, emoções intensas e avanços na história que prendem o leitor do início ao fim.
Punto de vista de Riven
El vuelo al aquelarre Blue Crystal tomaría cerca de seis horas y media. Entonces, me acomodé en mi asiento y ordené una soda. Por poco había pedido un brandi, pero el alcohol no sería una opción durante los siguientes nueve meses más o menos. Después de que la azafata regresó con mi bebida, tomó asiento junto a Cole en la mesa frente a donde estábamos sentados Caleb y yo.
“Además de los eventos recientes, ¿cómo ha estado, Sra. King?”.
Sabía que solo estaba tratando de entablar una conversación, pero no pude evitar sentirme un poco enojada con ella. ¿Cómo creía que me sentía en este momento? Una amiga había muerto y otro casi sufrió el mismo destino. Ahora, mi esposo de menos de un día acababa de ser secuestrado. “Por favor, pregúntame de nuevo en un par de días”, respondí.
Ella agachó la cabeza. “Lo siento, fue de mal gusto hacerle esa pregunta”.
Caleb le dirigió una mirada comprensiva. “¿Cómo va todo con la puesta en marcha de la fundación?”.
Su pregunta me llamó la atención, ella le devolvió la mirada con una expresión que decía que todo iba bien. “No dejamos de recibir llamadas de personas que quieren donar a la causa y de otros que quieren ayudar cuando las casas comunales ya estén listas”.
“¿De qué trata esa fundación?”, pregunté con curiosidad.
“Comenzamos una fundación hace poco para ayudar a los niños que perdieron a sus padres durante ataques de renegados o guerras entre manadas”.
“In-increíble”, tartamudeé.
La mujer sonrió y dijo: “Fue idea de mi compañero, creo que él merece todos los elogios”. Sus ojos brillaban con orgullo y adoración. “Tengo la suerte de tener un compañero como él. A veces, solo necesitamos encontrar a la persona adecuada para hacer la diferencia”, añadió.
No podía negarlo. Si no hubiera conocido a Kyle, Cole y Liam, nunca habría vuelto a encontrar la felicidad que tenía ahora. Había comenzado este viaje solo con Damon, y ahora tenía una familia grande e increíble.
Estaba en una lucha constante contra mis lágrimas, que amenazaban con tomar el control. El orgullo en sus ojos por su compañero me recordó al mío. De repente, mis pensamientos vagaron hacia el peor resultado posible.
Que él muriera.
Lo más probable era que me habría dado cuenta si ya hubiera sucedido porque yo también estaría muerta. Sin embargo, no me habría extrañado que Delisia hubiera encontrado una manera de mantenerme con vida el tiempo suficiente para ver morir a Zaden antes de matarme ella misma. Sabía que era una p*rra sádica.
Cole se inclinó sobre la mesita y tomó mi mano. “Lo encontraremos, Riven, y te prometo que lo llevaremos de vuelta con vida”.
Miré su rostro inocente. Había llegado a amarlo demasiado. Ahora tenía muchos hermanos y daría mi vida por cualquiera de ellos tal como lo haría por Zaden.
“No hagamos promesas ahora, ¿vale? A decir verdad, ninguno de nosotros sabe qué encontraremos cuando lleguemos”.
“Te lo prometí y planeo cumplir mi promesa”.
Era raro encontrar una lealtad como la que había recibido de todos los que estaban en este avión, la mayoría de los cuales acababa de conocer. Una persona podía conocer a alguien toda su vida y nunca tener este tipo de lealtad. No podía negar lo afortunada que era.
Cruzó la habitación con su compañera y se sentaron a mi lado. Me dejó golpearlo, arañarlo y empujarlo sin quejarse hasta que por fin caí sobre su pecho en un mar de lágrimas. Su compañera me abrazó del otro lado. Ahora me encontraba entre ellos dos sobre la pequeña cama y me dejaron llorar hasta que ya no me quedaron lágrimas que derramar. De todos los que estaban aquí, solo ellos sabían lo que más necesitaba, un desahogo. Llorar, golpear y soltar a gritos hasta la más mínima cantidad de dolor que tenía en mi interior. Después, no recordaba haberme quedado dormida, pero Mickey me despertó susurrándome al oído.
“Debemos prepararnos para aterrizar, Riven. Tienes que levantarte para que podamos ir a nuestros asientos y ponernos los cinturones de seguridad”.
Me levanté de la cama y me dirigí al baño para lavarme la cara. No podía salir así.
Al igual que cuando había entrado en la habitación, todos los hombres y mujeres en la cabina se pusieron de pie ante mí.
“Gracias, chicos, pero sigo siendo una persona normal. Podéis tomar asiento y abrocharos los cinturones”.
Como no era una orden, ignoraron lo que acababa de decir. Se quedaron de pie hasta que yo tomé asiento. Puse los ojos en blanco mientras me abrochaba el cinturón de seguridad.
“No es solo porque ahora eres su líder, de verdad te respetan. Es una costumbre que se pongan de pie hasta que su líder se acomode”, susurró Caleb, tratando de hacerme entender el porqué de su extraño gesto.
Me incliné hacia él. “Pero ¿y si no quiero ser su líder? ¿Y si solo quiero recuperar a Zaden y vivir con él hasta el final de mis días?”.
Me lanzó una pequeña sonrisa. “Me temo que lo que queremos casi nunca es lo que acabamos consiguiendo. Serás tanto la líder de todas las manadas como la nueva Maestra del aquelarre Blue Crystal y también seguirás junto a tu compañero hasta el final de tus días”.
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