¡Por favor, sé mi pareja! romance Capítulo 155

Punto de vista de Riven

Sabía que Eduardo era inmortal, pero de todos modos me daba miedo hacerle esto.

“No te preocupes, hermosa. No tendrá el mismo efecto en mí que en los demás”, dijo para tranquilizarme.

Por supuesto que tenía razón, pero me sentía tan débil que tenía la sensación de que le exigiría mucho más de lo que estaba dispuesto a dar.

“Necesitaré quitarte mucha energía”, le dije con la voz de ronca.

“Entonces, también puedes usarme. No soy inmortal, pero te necesitamos, Riven. No podemos librar esta batalla sin ti”, se ofreció Liam.

Liam besó la parte trasera de mi cabeza y Mickey me ayudó a darme la vuelta para quedar frente a ambos. Eduardo me sujetó una mano y Liam la otra. Traté de absorber su energía, pero no tenía fuerza. No podía hacerlo. Intenté hacerlo solo con Eduardo primero y tuve que expandir mi mente hasta sus límites para poder sentir el poder que necesitaba para comenzar. Una vez establecida la conexión, tanto él como yo quedamos a su completa merced. No nos dejaría libres hasta que yo tuviera la fuerza suficiente. Observé impotente cómo el cuerpo del vampiro se arqueaba hacia atrás con un evidente dolor en su rostro. Sentí una oleada de calor mientras recuperaba mi fuerza poco a poco.

De un momento a otro, sentí otra explosión de poder mucho mayor que me hizo girar la cabeza al otro lado. Kyle sujetaba la mano de Liam mientras que Cole sostenía el hombro de Eduardo. Se habían ofrecido para que les drenara la energía. Cuando la conexión por fin se rompió, miré alrededor de la habitación todavía aturdida. Todos seguían vivos y mirándome, excepto Eduardo, que parecía exhausto.

“Ed, ¿estás bien?”, pregunté preocupada. A pesar de que era inmortal, esto no significaba que no pudiera morir asesinado.

Asintió y pude ver sus colmillos sobresaliendo de su boca.

“Creo que necesita sangre”, comenté.

Mickey estaba debajo de mí, así que me incliné para que pudiera moverse.

“Vuelvo enseguida”, dijo Kyle.

Miré los rostros de cada una de las personas que me habían ayudado y mi corazón se agrandó por la gratitud que sentía.

“No sé cómo agradecéroslo. Eduardo se estaba quedando sin energía, al igual que yo. Vosotros salvasteis mi vida y la de mi cachorro, y evitaron que absorbiera demasiada fuerza de Eduardo. Muchas gracias de verdad”.

Pusieron los ojos en blanco y respondieron: “No seas tan dramática”.

“Dejaré de serlo cuando dejéis de haceros los sabelotodo”, les respondí la broma.

Eduardo y Samara me miraron. Luego a Cole y Liam.

“No os preocupes, así es como nos comunicamos. Son como mis hermanos”, expliqué.

“A veces pueden ser muy divertidos”.

Kyle le entregó dos bolsas de sangre a Eduardo y se alimentó de ellas. Antes, nos daba asco verlo tomar sangre, pero ya estábamos acostumbrados.

“Al menos ahora tenemos otra historia interesante que contarle a Zaden cuando regrese”, dije.

Les agradecí a todos de nuevo, y Mickey les dijo que se fueran para que pudiera desempacar y estar a solas con mis pensamientos. Desempaqué mis cosas y llevé mi maleta vacía al armario. La habitación era muy hermosa, pero su gran tamaño me hacía sentir sola y hueca. Así se debió haber sentido Zaden durante todos esos años. Me senté frente al tocador y miré mi reflejo en el espejo.

Lucía igual que siempre, pero mis ojos estaban apagados. Habían perdido su brillo habitual.