¡Por favor, sé mi pareja! romance Capítulo 164

Resumo de Capítulo 164: ¡Por favor, sé mi pareja!

Resumo de Capítulo 164 – ¡Por favor, sé mi pareja! por Internet

Em Capítulo 164, um capítulo marcante do aclamado romance de Hombre lobo ¡Por favor, sé mi pareja!, escrito por Internet, os leitores são levados mais fundo em uma trama repleta de emoção, conflito e transformação. Este capítulo apresenta desenvolvimentos essenciais e reviravoltas que o tornam leitura obrigatória. Seja você um novo leitor ou um fã fiel, esta parte oferece momentos inesquecíveis que definem a essência de ¡Por favor, sé mi pareja!.

Punto de vista de Riven

El sol brillaba a través de la ventana, pero no sentía el calor. Una fina capa de hielo cubría mi corazón y se espesaba con cada segundo que pasaba. Lo tenía todo, el aquelarre, la manada y una familia.

¡Nuevos j*didos juguetes con los que jugar!

Sin embargo, había una picazón en la parte trasera de mi cabeza que me decía que volviera a ser como antes. No dejaba de molestarme y me hacía sentir frustrada y, cuando estaba frustrada, solo sucedían cosas malas.

Zaden no había dormido conmigo la noche anterior.

¡¿Qué m*erda?!

Yo era su compañera y estaba embarazada.

Debía estar conmigo, pero no era así. Se comportaba distante. Quería mi versión patética. ¿Cómo alguien podía tolerar la m*erda de esa Riven?

Era muy molesta, pero era yo misma.

¡Ya había tenido suficiente! Necesitaba matar a alguien, tenía que ir a jugar con un juguete nuevo.

Con esto en mi cabeza, me levanté de la cama y caminé hacia la puerta. Antes de que pudiera abrirla, Zaden entró a la habitación.

“¿Dónde estabas?”, pregunté.

“No es de tu incumbencia”.

¡J*der! Necesitaba cambiar su actitud conmigo o podría hacer algo malo y ya me estaba quedando sin mi colección de juguetes. No podía permitirlo, el cachorro también los necesitaría.

“Sí es de mi incumbencia, ¿tengo que recordarte por qué?”, dije con los dientes apretados.

“No, Riven, no tienes que recordármelo, lo recuerdo muy bien. Es solo que no quiero pensar en eso por ahora, así que puedes ir y hacer lo que quieras… Como torturar a la gente por diversión y luego matarlos”.

“¿Qué tratas de decir?”, reclamé.

“Solo digo que ni siquiera quiero mirarte y me quedaré aquí”, respondió en un tono que me irritó mucho más.

¡M*erda! De verdad estaba poniendo a prueba mi paciencia.

“Cuida esa actitud conmigo ‘compañero’ o tal vez no te gusten las consecuencias de faltarme al respeto”. Lo desafié.

“Solo le mostraré respeto a mi compañera, que sé que está ahí en algún lugar. Tú no eres Riven, no eres más que un reflejo de ella. Puedes conseguir todo con tu poder, pero lo que no puedes y nunca podrás obtener es mi amor y respeto porque son solo para mi Riven”. Sus palabras sonaron halagadoras, pero, al mismo tiempo, su tono helado estaba mezclado con rabia y disgusto.

“Solo espera, ‘compañero’. Te haré tragar tus palabras y te someterás ante mí”. Le sonreí y salí de la habitación.

“Samara, por favor, llama a Lorcan”. Se inclinó como una perfecta esclava y desapareció.

“Ser su líder no significa que sean tus esclavos”.

La molesta voz en mi cabeza habló de nuevo.

“¡Cállate! Nadie te pidió tu permiso o consejo”.

Hice una conexión mental con todos para que se encontraran conmigo en la sala de justicia.

Todo el mundo merecía algo de entretenimiento de vez en cuando.

Observé sus expresiones de duda y confusión mientras entraban en la habitación uno por uno.

Al final, mi compañero entró con una chica pegada a él. El fuego estalló en mi cuerpo. Todavía recordaba esa noche en la que me había engañado o lo que fuera que hubiera sido eso, pero esta vez no iba a huir.

“¿Cómo te llamas?”, pregunté.

“Emm… Phoebe”.

“Phoebe, no toleraré lo que estás haciendo en mi territorio. No me importan las reglas de tu manada, pero este es mi aquelarre y no puedes andar de z*rra, mucho menos con mi compañero. De verdad pensaste que nadie te atraparía, que abrirías las piernas y las personas se arrodillarían ante ti. Entonces, déjame facilitarte ese trabajo. ¿Raoul?”. Llamé a uno de mis guardias.

Él dio un paso al frente e hizo una reverencia. “Llévatela. Puedes hacer lo que quieras con ella, es toda tuya”. Entendió mi mensaje y dio un paso hacia la chica, pero Zaden le gruñó e hizo que se detuviera en seco.

“Esto es ridículo, Riven. Lo estás llevando demasiado lejos”. Gruñó.

¿Me acababa de gruñir?

“No tienes permitido interferir”. Respondí con mi propio gruñido.

Mi paciencia estaba a punto de terminarse.

“Piénsalo bien, estás cometiendo un grave error”, respondió.

“No, tú eres el que cometió un error y no me pidas que lo piense bien. ¿Esto es lo que has estado haciendo? Traicionaste nuestro vínculo. Tienes razón, ella no es la única que deberías recibir un castigo, eres igual de responsable”, rugí.

“Raoul, solo llévatela”. Entonces, se llevó a rastras a Phoebe, sin importarle sus intentos de liberarse ni sus lágrimas.

Volví mi atención de nuevo a mi compañero. Sabía que no podía quebrarlo, pero de seguro podía hacerlo sufrir.

Sonreí ante este pensamiento.

¡No lo dejaría esta vez! Lo lastimaría como él me había lastimado.

“Seth, Samara, traed a Lorcan”, ordené y todo el color de la cara de mi compañero desapareció. Él sabía lo que estaba a punto de suceder, pero se lo había buscado.

Histórico de leitura

No history.

Comentários

Os comentários dos leitores sobre o romance: ¡Por favor, sé mi pareja!