¡Por favor, sé mi pareja! romance Capítulo 39

Resumo de Capítulo 39: ¡Por favor, sé mi pareja!

Resumo de Capítulo 39 – Uma virada em ¡Por favor, sé mi pareja! de Internet

Capítulo 39 mergulha o leitor em uma jornada emocional dentro do universo de ¡Por favor, sé mi pareja!, escrito por Internet. Com traços marcantes da literatura Hombre lobo, este capítulo oferece um equilíbrio entre sentimento, tensão e revelações. Ideal para quem busca profundidade narrativa e conexões humanas reais.

Estaba muy estresada. Así no era como me había imaginado mi vida cuando encontrara a mi compañero. Si esto continuaba así, pronto me convertiría en una Luna deprimida.

Me reí para mis adentros de la palabra “Luna”. No quiero ser una si esto significaba sonreír por fuera y morir por dentro. Así no era yo.

“Oye, ¿qué pasó?”

Emma chasqueó los dedos frente a mí, sacándome de mis pensamientos.

“¿Qué?”

“¿Siquiera me estabas escuchando?”

“Lo siento, me perdí en mis pensamientos.”

“Sí, lo noté.”

“Entonces… ¿Cómo te va con el Alfa? Escuché que tuvisteis una noche muy ocupada.”

Su tono era juguetón, pero noté que solo quería cotillear.

Odiaba cuando hacía esto. Pensé en si debía contarle la verdad o no, y decidí hacerlo.

“Tuvimos una pelea después de mucho tiempo. Fue muy grave, Emma. No sé qué haré, no puedo estar con alguien que no me respeta. Actúa como si fuera mi dueño, nunca me ha mirado con amor, no… no sé… No estoy segura de si puedo seguir con él.”

“Entonces déjalo.”

Me detuve, sorprendida por su respuesta. Por un momento, me pregunté si era la misma chica que había conocido en la cacería y me había dicho que no lo rechazara.

Se dio la vuelta y me explicó mejor lo que pensaba.

“Si eres tan infeliz, ¿por qué no te vas? Me encanta pasar tiempo contigo, pero, si quieres que hablemos sobre cuánto odias a tu compañero, no puedo hacerlo. No eres justa con él. Ha esperado tanto tiempo para encontrarte y, tras todo lo que ha pasado, merece ser feliz.”

“Entonces, ¿qué? ¿Qué estás tratando de decirme?”

“Solo digo que no solo es tu compañero, sino que también es el Alfa de su manada y eso también te incluye a ti, te guste o no. Cuanto antes lo aceptes, mejor será para ti.”

“¿Entonces estás diciendo que mi felicidad debe ir al último porque él tuvo que esperar un poco más y porque es mi Alfa?”

Estaba sorprendida por lo mucho que Emma había cambiado. Pensaba que al menos ella siempre me apoyaría, pero esta chica frente a mí no era mi amiga.

Traté de no sacar conclusiones precipitadas y entré. Él estaba sentado frente a su escritorio y una mujer se encontraba apoyada sobre el mío.

Era una loba común de piel morena, y cabello negro y lacio que le llegaba hasta los hombros con las puntas abiertas muy visibles. Tenía un rostro lindo y era muy alta.

Llevaba un enterizo color verde esmeralda y actuaba con mucha seguridad. De haber tenido que adivinar, habría pensado que era su compañera.

Zaden me miró y, de inmediato, volvió sus ojos a la mujer al otro lado de la habitación. Caminé a mi escritorio y me senté. No me molesté en saludarla o darle la bienvenida, ¡porque no era bienvenida! Ella no movió ni un solo músculo y me estaba poniendo los nervios de punta.

“Muévete.”

Dije con un tono tranquilo, pero la amenaza oculta en mi voz era tan clara como el agua. Si no se movía, la ayudaría con mucho gusto.

Se puso de pie en cuanto me escuchó y estaba segura de que mis ojos se pusieron rojos por un momento. Era una característica extraña de mi loba, solo sucedía cuando Rhea estaba muy enojada. No obstante, la mantuve bajo control. De lo contrario, la estaría haciendo pedazos hasta este momento.

“Vaya, Zaden. Es muy mandona para ser una asistente. ¿Por qué no te tomas el día libre, cariño? Tengo que encargarme de uno asuntos con el Alfa.” Me dijo con un guiño. Rhea gruñó dentro de mi cabeza, estaba lista para atacarla, desgarrarle la garganta y sacarle los ojos, pero la detuve a tiempo.

Mantuve una expresión neutral porque sabía que Zaden estaba esperando que la atacara. Podía sentir su mirada sobre mí, pero mi supuesto compañero no tenía nada de qué preocuparse porque no le daría el gusto. Era tan patético, no me importaba si andaba con cualquier p*ta donde quisiera, pero no aquí, no en mi estudio y mucho menos en mi escritorio.

Histórico de leitura

No history.

Comentários

Os comentários dos leitores sobre o romance: ¡Por favor, sé mi pareja!