¡Por favor, sé mi pareja! romance Capítulo 62

Suspiré mientras me sentaba en mi cama. No quería quedarme ahí por más tiempo, así que me levanté y caminé hacia el balcón. Abrí la puerta de vidrio y salí. La brisa nocturna me hizo estremecer por completo. Abrazándome a mí misma, suspiré y me paré cerca del borde. Zaden tenía razón, hacía un poco de frío. Me apoyé en la baranda y miré hacia abajo. Nuestra habitación tenía vista al bosque. "¿Qué podría encontrar detrás de esos árboles?", me pregunté mientras dejaba caer mi brazo cansinamente. No me estaba dirigiendo a nadie en particular, sino a mí misma. Lancé otro suspiro cuando mi espalda comenzó a doler. Tal vez se debía a estar sentada durante largas horas. Necesitaba descansar, pero mi mente no quería hacerlo. Mientras pensaba en qué hacer, se me ocurrió una idea. Tal vez fuera mala, pero no habría problema en intentarlo.

Con un risa, salí del balcón y cerré la puerta. Me quité las pantuflas y abrí la puerta de mi dormitorio. El pasillo estaba inquietantemente silencioso. Le había prometido a Zaden que descansaría y no deambularía por la residencia, pero algo se había metido en mi interior. Mordiéndome los labios, cerré la puerta en silencio y empecé a caminar por el pasillo.

Necesitaba encontrar respuestas, y solo había un lugar donde las conseguiría si tenía suerte. Ya había despedido a mis guardias, así que no había ningún problema. Nadie se enteraría.

Zaden mencionó que había una enorme biblioteca en el segundo piso con millones de libros. Cuando llegué, me dio una breve descripción del lugar y dónde estaba ubicada. Pero apenas había tenido tiempo de visitarla. Mi curiosidad era más grande que yo, así que debía explorarla ahora. Como necesitaba encontrar respuestas, me dirigí a la biblioteca asegurándome de que no hubiera nadie alrededor. Observé las esquinas y encontré dos familiares puertas de madera oscura. Las empujé cuidadosamente, pero maldije cuando hicieron un crujido. No quería que mis guardias supieran que yo estaba ahí. De lo contrario, Jake vendría y me maltrataría como Zaden se lo había ordenado.

Suspiré de alivio cuando las puertas se cerraron, y apoyé mi cabeza contra ellas. Luego, abrí uno de mis ojos y observé el lugar. Una sonrisa se dibujó en mi rostro.

Zaden no había mentido al decir que era un lugar enorme. Varias filas de estanterías y mesas llenaban toda la sala de madera. Comencé a mover mis ojos mientras caminaba, al punto de sentirme mareada. ¿Cuántos libros había? Mientras seguía observando, de alguna manera, terminé en el segundo piso de la biblioteca. Con un jadeo, incliné mi cuerpo todo lo posible para mirar hacia arriba y abajo. Había un total de tres pisos llenos de libros para explorar. La emoción recorrió todo mi cuerpo mientras saltaba por los pasillos.

Al pasar, noté que algunos estantes estaban polvorientos. ¿Acaso nadie venía aquí?

Me sacudí el polvo de las manos y seguí caminando hasta que una fila de libros llamó mi atención. Ladeé la cabeza y mis ojos se posaron en un libro sobre los guardianes de estrellas. Como una polilla atraída hacia una llama, moví mi mano inconscientemente y me estiré lo más alto que pude. Sonreí cuando alcancé la cubierta y saqué el pesado libro de su polvoriento espacio, decidida a leerlo. Lo llevé entre mis brazos y busqué un lugar. La chimenea en una esquina se veía muy cómoda para leer. Sin percatarme de lo que me rodeaba, me senté en el sofá, estiré las piernas y abrí el viejo y polvoriento libro con mis delicados dedos. Empecé a pasar las páginas. Ese libro parecía tener más años que yo, ya que algunas letras no podían verse.