Resumo de Capítulo 66 – Uma virada em ¡Por favor, sé mi pareja! de Internet
Capítulo 66 mergulha o leitor em uma jornada emocional dentro do universo de ¡Por favor, sé mi pareja!, escrito por Internet. Com traços marcantes da literatura Hombre lobo, este capítulo oferece um equilíbrio entre sentimento, tensão e revelações. Ideal para quem busca profundidade narrativa e conexões humanas reais.
Mi loba estaba arañando en mi mente porque quería sangre, la sangre de la mujer sentada al lado de Zaden. Yo quería la sangre de los dos.
Ya no podía soportarlo más.
"Riven, ¿qué pasa?".
"Nada, solo... solo necesito aire fresco. Voy a salir".
Tal vez debería enfrentarlo, pero temía su respuesta.
Quería alejarme de él y de sus mentiras.
Zaden asintió sin mirarme.
"¿Emma?", murmuré.
Ella me miró con una sonrisa.
"Dime, ¿qué pasa?".
Mi corazón se rompía por tener que dejarla.
Ella era la única persona en ese lugar que me entendía mejor que nadie, incluso mejor que mi propia pareja.
"Nada, solo quería decirte...adiós".
Me di la vuelta y me alejé de todos.
No esperé su respuesta, pero ya no me importaba. No quería que me importara.
Zaden me había lastimado, había lastimado a mi loba. Dem*nios, lo que presencié había sido un fuerte rechazo, como si él mismo hubiera pronunciado esas palabras.
Cambié de forma y me senté. El mundo estaba girando. Mi mente se encontraba demasiado agotada y vacía como para formular un pensamiento coherente. Si lo hubiera hecho, tal vez me habría percatado de la nueva esencia que me rodeaba, diciéndome que ya no estaba en el territorio de Zaden.
Mi loba aulló de felicidad cuando encontramos un río, ya que podíamos beber y ocultar mi esencia. Una vez que sacié mi sed, me revolqué en el agua. Seguí corriendo en otra dirección para confundirlo si intentaba seguir mi esencia. Estaba a millas de distancia de su manada, así que me detuve brevemente para descansar y apoyé la cabeza sobre el suelo frío.
Un fuerte aullido resonó a través del bosque y un escalofrío me recorrió la espalda. Mi loba no luchó para que regresaramos hacia nuestra pareja, así que me obligué a seguir corriendo. Rápidamente esquivé árboles y salté sobre tocones. El viento se sentía increíble contra mi pelaje. Recordé lo mucho que me gustaba correr y hacer ejercicio. Era consciente de que tendría que regresar para enfrentarme a él, pero quería estar un momento a solas. Por primera vez en mucho tiempo, me sentí libre. Ya no tenía que preocuparme por él. No tenía que esconder a mi loba.
De repente, mi costado estalló de dolor cuando un lobo rojo ligeramente más pequeño me abordó. Me puse en guardia y le gruñí para advertirle que retrocediera. Ambos nos gruñimos mientras girábamos en círculos.
A juzgar por su esencia, me di cuenta de que era un criminal. Nos abalanzamos el uno al otro, sin querer retroceder. Con un gruñido, lo tiré al suelo y quedó debajo de mí. No quería matarlo, solo quería que me dejaran en paz.
En ese momento, aparecieron otros dos lobos y me gruñeron por lo bajo. Como me distraje, el lobo se apresuró a tomar ventaja, por lo que ahora yo estaba debajo de él. De inmediato, me puse en posición de ataque. Más lobos aparecieron, y terminé rodeada por al menos veinte criminales. Todos empezaron a acercarse, pero yo no retrocedí.
Prefería morir antes que someterme a ellos.
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